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La paralización de las obras del Nou Mestalla en 2009 fue un enorme varapalo en Benicalap, y en concreto en la calle Nicasio Benlloch. Desde ese día se frenó la actividad comercial allí casi por completo, salvo escasas excepciones. Han pasado 16 años y ... ahora por fin el Valencia ha decidido retomarlas, como tiene previsto hacer el próximo viernes día 10. Una noticia que ha sido acogida con esperanza por vecinos y comerciantes de la zona, que confían en que se reactive ya de forma definitiva la vida allí.
En el tramo de esta calle que transcurre en paralelo al estadio el panorama es casi fantasmal, sobre todo un domingo o festivo. Entre las calles Safor y Amics del Corpus, la valla del Nou Mestalla se extiende durante 360 metros. En la acera de enfrente, prácticamente todas las persianas de las plantas bajas están cerradas, y muchas llevan así varios años. Hay cinco bajos comerciales en venta, alguno incluso tapiado, y otro más en alquiler. Además, otros ocho locales están cerrados también desde hace años pero sin ningún anuncio de que estén en venta ni alquiler. Se unen a otros dos bares cerrados hace años, alguno con el rótulo todavía visible y muy desmejorado, que iba a estar dedicado a la temática futbolera. Y un solar en la esquina que tampoco se promociona.
Pero ante esa fotografía decadente, resisten tres bares abiertos (dos de ellos también con nombres de fútbol, que se han mantenido en pie desde 2009), dos supermercados y un par de comercios, aunque en los últimos meses en la calle perpendicular se han reactivado varios bajos, convertidos en clínicas, tiendas o incluso apartamentos turísticos. Un anticipo de lo que puede ocurrir en los próximos meses ya con las obras del estadio en marcha por parte de FCC Construcción.
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Fernando compró uno de esos bajos frente al Nou Mestalla en plena burbuja de 2007 y le puso el nombre de 'Nuevo estadio' a su cafetería. «No he cerrado, hemos aguantado aquí como campeones y seguiremos», señala orgulloso de ser casi una rara avis en la zona. «Si empiezan las obras habrá más actividad, pero tantas veces lo han dicho que hasta que no vea las máquinas y los obreros no me lo acabo de creer después de tantos años», se sincera. «Con las obras esta zona debe cambiar para bien, eso supone sumar gente, por eso vine a esta zona, pensando en el estadio. Aumentarán mucho los almuerzos, comidas, y luego con el campo suma mucho más. Si hacen los bajos comerciales y el polideportivo, esta zona tendrá mucho más movimiento y se revalorizará», apunta el hostelero.
Una opinión que también comparte Carolina, empleada de la cafetería 'El teu lloc' en la calle Amics del Corpus, esquina donde en teoría tiene que ir ubicado el polideportivo. «Sería para bien, porque aquí no hay mucho público de normal, y si abrieran el estadio llegaría más gente, más clientes para los bares, gente que viene a trabajar que vendría a consumir aquí. Tenemos terrazas pero no creo que causara mucha molestia las obras, es más el beneficio que dejaría. Y cuando lo acaben sería muy bueno para nosotros y toda la zona», expresa la joven.
Los vecinos en cambio tienen sensaciones encontradas. Por un lado saben que el barrio va a tener más actividad, pero por otro, recelan de que puedan aumentar los precios y haya más gente. «Se reactivará porque el día que empiecen las obras, los bajos subirán de precio, los alquileres de esta zona subirán también. Los únicos que se beneficiarán serán los propietarios, porque para los inquilinos será peor si están más caros los alquileres. El estadio será muy bonito pero esta es zona de gente más humilde, mientras que en el actual Mestalla hay más poder adquisitivo y por eso van a fastidiar a los vecinos porque los precios van a subir», señala Antonio.
Felipe es escéptico. «Mejorará el barrio, pero hasta que no vea el estadio terminado no me fío, veremos si esta vez es la definitiva», dice. «Cuando empezaron las obras en 2006 hicieron muchos bares por aquí y venía la gente que estaba trabajando. Pero después cuando pararon ya cerraron hace años. Puede ser que abrieran otra vez muchos locales si retoman las obras y daría más vida al barrio, atraería gente y comercios», añade.
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También Sara espera «que vuelvan a abrir muchos comercios», pero teme «que se pueda masificar el barrio cuando esté acabado el estadio», dice la joven. Y también teme al ruido, porque ella vive en primera línea en Nicasio Benlloch. «Cuando estuvieron en su día con las obras el ruido era bastante molesto y ahora será igual, porque no es una obra pequeña, hay muchas máquinas. Pero dará mucho movimiento al barrio, vendrá muchísima gente y muchos comercios tendrán más beneficio», apunta.
Un ruido que también molesta a Carlos: «A nosotros como vecinos nos afectará para mal por el ruido de las obras, habrá más gente y cuando hagan el estadio, mucha acumulación de coches cuando haya partido y mucho tráfico y coches mal aparcados, todo se masificará». Y añade otra cosa, sobre los 16 años que han estado paradas las obras: «Para los negocios será bueno, porque hay gente que compró aquí un local en plena burbuja carísimo y al parar las obras se arruinó».
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