Pablo Alcaraz
Valencia
Miércoles, 14 de agosto 2024, 00:41
La falta de plazas de aparcamiento en Valencia es un quebradero de cabeza al que se enfrentan a diario los valencianos que transitan por la ciudad en su vehículo particular. Es por ello que algunos de los afectados por la pérdida de más de 8.000 sitios de aparcamiento libre ... en las calles durante los últimos ocho años han optado por buscar todo tipo de alternativas para seguir desplazándose en coche. Como era de esperar, algunas de estas virguerías y triquiñuelas ingeniadas por los vecinos quedan fuera de la legalidad. Esto mismo es lo que ocurre en una parcela de huerta protegida ubicada en el entorno de San Miguel de los Reyes en la que aparcan diariamente decenas de vehículos que alteran la convivencia residencial.
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Los residentes de una de las fincas que linda con la improvisada zona de parking muestran su hastío con la masificación de turismos que día tras día toman un solar de uso agrícola de 2.467 metros cuadrados, según consta en el catastro, y que además está catalogado como zona de huerta protegida de categoría 1. «A veces no podemos ni respirar, los gases de los tubos de escape se meten por las ventanas», comentan fuentes vecinales en referencia a que la alta concentración de vehículos y la ausencia de acera propician que cada vez se aparque más cerca de la fachada del edificio: «Los coches bloquean las puertas y ventanas de los pisos de la planta baja», denuncian, a lo que añaden que cada vez se ven más vehículos de grandes dimensiones como furgonetas o camionetas de camping por la zona.
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Los vecinos declaran que los momentos en los que mayor ocupación de coches tienen este particular parking son a primera hora de la mañana y a última hora de la noche, cuando los dueños de los automóviles van o vuelven de su jornada laboral. De hecho, cuando cae el sol hay quienes hacen vandalismo y botellón en solar, tal como atestiguan las litronas de cerveza que florecen por el descampado o la riba que lo separa de los campos de su alrededor.
Aunque uno de los detalles más llamativos de este enclave es que algunos de los usuarios habituales se dedican a labores de mecánica de vehículos al aire libre y, sobre todo, al margen cualquier regulación legislativa. «Cuando les preguntamos por qué lo hacen, nos dicen que ellos pagan impuestos y que pueden aparcar donde quieran», lamentan los vecinos.
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Sin embargo, para encontrar el detonante que causó la aparición de esta zona de aparcamiento hay que retrotraerse hasta la construcción del carril bici que une Valencia con Tavernes Blanques en 2021. Desde hace tres años, la cantidad de vehículos que han ido frecuentando el parking ha ido incrementándose progresivamente por el boca a oreja y la permisividad de estacionamiento. «Antes sólo aparcaban los vecinos, pero ahora se ha descontrolado», aseguran algunos residentes de la zona.
El decreto 219/2018, de 30 de noviembre, del Consell, por el que se aprobó el Plan de acción territorial de ordenación y dinamización de la Huerta de Valencia hace ya seis años blinda los campos que se sitúan en el extrarradio de las ciudades. En su artículo 17, la normativa define los terrenos categorizados como Huerta de Protección Especial Grado 1 (H1), como la parcela reconvertida en aparcamiento ilegal en San Miguel de los Reyes, como los de «mayor valor agropecuario y de fragilidad paisajísticas que, por su estructura parcelaria, sus cultivos propios y el sistema de riego milenario, requiere un tratamiento diferenciado y un apoyo económico para complementar las rentas agropecuarias».
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«El objetivo de calidad territorial y paisajística para la Huerta de Protección Especial Grado 1 (H1) es preservar su carácter agrario-paisajístico, protegiendo los elementos asociados a la actividad productiva, la mejora de la producción agraria y el fomento de acciones encaminadas a la recuperación del patrimonio cultural existente», asegura el punto tres del citado artículo mientras el cuarto apartado recoge que estos espacios «se clasifican como suelo no urbanizable protegido, zona rural protegida agrícola».
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Texto: Vicente Lladró
El marco normativo del PAT de la Huerta tiene estipulados los usos terciarios admitidos en la Huerta de Valencia así como sus respectivas particularidades. «Los usos dotacionales; restauración; alojamiento turístico; hípica; huertos de ocio; usos de disfrute de la Huerta relacionados con sistemas de movilidad no motorizada; investigación agraria o ambiental, así como infraestructuras ambientales, de movilidad y redes de servicios que tengan que implantarse necesariamente en el ámbito de la Huerta, se ubicarán sobre edificaciones existentes», reza la normativa en su artículo 54 sobre 'Usos y actividades permitidas'.
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Asimismo, la ley también considera que los usos terciarios en la huerta podrán prever un aparcamiento vinculado «dentro de sus instalaciones y proporcional a las dimensiones de la actividad». No obstante, «no se podrá solicitar licencia exclusiva para el aparcamiento».
Los vecinos recurren al contenido de este decreto para declarar la ilegalidad del parking. «La Huerta está protegida, pero nadie hace caso sobre el estado de este terreno», lamentan los residentes que se han visto obligados a tener que presentar una queja formal en las oficinas municipales la semana pasada.
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