Los vecinos desalojados por una grieta en su edificio en Orriols ya pueden volver a sus casas

Fue entonces cuando se detectaron grietas que amenazaban la estabilidad del edificio. Trece vecinos fueron desalojados. Desde entonces, han estado viviendo en casas de amigos o familiares. De las reparaciones se ha encargado Metrovacesa, que hacía unas obras en un solar contiguo cuando se detectó la grieta.

Ahora, una vez terminadas las reparaciones los vecinos pueden volver a sus casas. El pasado jueves, Metrovacesa remitió un certificado en el que se indicaba que el edificio «ha quedado reparado en su patología de asentamiento de las zapatas y pilares del pórtico medianero afectado por las filtraciones de agua, motivo por el cual fue desalojado preventivamente». «Se ha restaurado la capacidad portante y la aptitud de servicio de su cimentación y estructura, haciendo que vuelva a ser apto para el uso residencial al que se destina y por ello, se considera que los residentes de las viviendas de este edificio puedan volver a ellas con total seguridad para continuar con el normal uso de estas», indica el informe.

La Oficina Técnica de Control de Conservación de la Edificación del Servicio de Disciplina Urbanística ha dictaminado, eso sí, que queda pendiente en el local de la planta baja otros trabajos en las últimas dos zapatas de los pilares del pórtico medianero que corresponden con el final del local terciario.

El Consistorio ha decidido levantar la medida cautelar del desalojo del edificio sito en la avenida Constitución 208, «al haber quedado reparado en su patología». Eso sí, asegura que los trabajos en las últimas dos zapatas de los pilares del pórtico medianero que corresponden con el final del local terciario, situado en el patio de manzana y sin posibilidad de afección a lo ya reparado, quedan pendientes, así como las actuaciones sobre las patologías detectadas en la cimentación junto a la medianera. Queda trabajo por hacer pero lo más importante ya se ha acometido, por lo que el edificio es estable y sus vecinos pueden volver a casa, algo que llevan esperando desde hace ocho semanas.