Los vecinos de varios bloques de viviendas de la Malvarrosa no pueden ni abrir las ventanas por el ruido que generan tres máquinas de ... aire acondicionado de tamaño industrial que se han instalado en el antiguo hospital San Juan de Dios.
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Los residentes de los bloques más próximos, tanto en la calle San Juan de Dios como en Doctor Álvaro López, argumentan que «el ruido es insoportable y las máquinas enfriadoras están conectadas las 24 horas del día», comenta Vicente Soler, residente en un primer piso.
Este recinto ya no funciona como hospital, pero la Generalitat ha instalado un centro de acogida de refugiados y ha instalado hace aproximadamente dos meses estas nuevas maquinarias que están generando problemas en el vecindario.
Uno de los vecinos afectados, Carlos Carrasco, describe que «a muchos vecinos nos toca dormir con tapones en los oídos porque no se puede soportar ese ruido continuado». Y añade que «si de día se escucha ya bastante, por la noche, con la calma de la calle, se nota mucho más y parece que sean los motores de un avión y no cesa en las 24 horas del día».
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Tanto Soler como Carrasco indican que «hay familias de estos bloques de fincas que incluso se han tenido que ir a sus segundas residencias porque tienen niños pequeños y personas enfermas y no hay manera de conciliar el sueño».
Añaden que «las personas que todavía están teletrabajando, opositando o se levantan pronto para trabajar también lo están sufriendo y no descansan».
Lamentan que en pleno verano «nos toca estar con las persianas bajadas, sin poder abrir las ventanas y con los ventiladores puestos para tratar de amortiguar la situación».
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Explican que han comunicado el problema en el mismo recinto del antiguo hospital «pero no nos dan solución. Han puesto las máquinas en el exterior del edificio, pero muy cerca de las fincas, y hemos hablado con expertos que nos dicen que esas máquinas no se pueden poner en zonas residenciales».
Argumentan que han llamado a la Policía Local de Valencia «y todavía no han venido con un sonómetro a medir los decibelios cuando de día no puede superar los 45 y por la noche los 35». Exigen que el Ayuntamiento tome medidas y que la Conselleria de Igualdad y Políticos Inclusivas «debería de ser la primera en cumplir las ordenanzas y no hacer contaminación acústica».
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