Vecinos a favor de las terrazas en la plaza Honduras entregan 900 firmas al Ayuntamiento

Miembros de la plataforma de vecinos de Plaza Honduras que apoyan las han entregado hoy unas 900 firmas en el Ayuntamiento para rechazar el recorte de terrazas de los bares puesto en marcha el pasado día 3 y que afecta a 72 locales en la zona, donde se reducirá a la mitad las mesas y sillas por la saturación y problemas de ruido que generan.

Las firmas han ido acompañadas de un escrito al alcalde Joan Ribó, donde se indica la «oposición a que recorten las terrazas de los bares de Honduras, porque consideramos que es injusto y que los problemas de nuestro barrio no se solucionarán de esta forma. Le hemos traído 929 firmas para demostrar el apoyo de una importante cantidad de los vecinos del barrio a las terrazas, a las que acudimos para disfrutar de nuestro tiempo de libre».

En el documento argumentan que muchos son «jubilados y nos hacemos compañía en los bares o bajamos a leer el periódico, otros nos reunimos con nuestras familias para celebrar algún acontecimiento y muchos tenemos hijos que trabajan en ellos y su sueldo depende de que sigan abiertos. Los vecinos tenemos muy claro que el problema de nuestro barrio no son las terrazas».

La zona de la plaza Honduras se encuentra inmersa en un proceso de reclamación en el juzgado por parte de la asociación de vecinos, tras rechazar el gobierno municipal la declaración de zona acústicamente saturada.

«No son las que provocan las molestias y los problemas que tiene el barrio y sufrimos. Tampoco es un tema de ahora. Llevamos años sufriendo y preocupados por las molestias que ocasionan los jóvenes que hacen botellón, inseguridad en las calles a partir de ciertas horas y otros conflictos que no nos dan tranquilidad», comentan los vecinos que apoyan las terrazas.

«Y esto no se acabará con pintar rayas de color en las terrazas de los hosteleros, a lo que conocemos y consideramos como del barrio, tanto residan en él como no, porque pasan horas aquí trabajando, dando trabajo y haciendo que nosotros o nuestros hijos y nietos tengamos un sitio donde sentarse y pasar un buen rato cerca de nuestras casas y no desplazarnos a otros sitios para tomar algo o salir de fiesta», se añade.

«Usted sabrá que cuando el Ayuntamiento desalojó el botellón de la zona universitaria de Tarongers empezaron realmente los problemas, porque los jóvenes vinieron aquí ocupando sus calles, plazas y generando molestias. Incluso hemos visto algunos casos de peleas o robos. Y también hemos visto como cuando los bares estaban cerrados en el Covid los follones por las noches y altercados aumentaron y ya lo denunciamos», argumentan.

Por este motivo indican que las terrazas «no son nuestra preocupación y las que nos quitan el sueño, y tampoco hay derecho a que paguen justos por pecadores. ¿Qué tenemos que hacer? ¿Si nos quedamos sin terrazas, los jubilados vamos a tener que ocupar los bancos de los parques del barrio para hacer nuestro propio botellón o picnic?».

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