Los vecinos se hartan del edificio okupado de Pío XII

Problemas de suciedad continua, ruidos, robos e inseguridad es lo que denuncian los vecinos en los alrededores de esta finca a la altura de la calle Padre Diego Mirón, justo enfrente del Expohotel y del centro comercial Nuevo Centro, que se sitúan en la otra parte de Pío XII. Se trata de un edificio color crema lleno de ventanas marrones y construido en el año 1969. Todas las ventanas quedaron tapiadas por los propietarios del inmueble, pero tras entrar de nuevo los okupas sólo permanecen cerradas las de la primera planta. En las otras tres alturas la mayoría están rotas y se ven desde la calle las persianas, también dañadas y en lamentable estado, o incluso cortinas, toallas o colchones.

«Hay inseguridad por los okupas, que salen y se ponen ahí abajo a pincharse, a drogarse. Mi madre vive aquí y muchas veces tengo que acompañarla porque le da miedo, es una zona conflictiva. Y el parque de detrás también, pero esto lleva años así», lamenta Jose, vecino de la zona. «El descampado está lleno de suciedad, todo viene de ahí, con cosas tiradas por el suelo, plásticos, es un desastre», denuncia el joven.

El edificio, que junto con los solares degradados ocupa una superficie de más de 7.000 metros cuadrados, está pendiente de derribo, ya que se encuentra dentro del Plan de Reforma Interior (PRI) Pare Doménech, con el que el valenciano Grupo IGSA pretende construir viviendas nuevas y zonas ajardinadas para cambiar la imagen de una zona muy solicitada de la ciudad. El PRI tiene aprobado el estudio de impacto ambiental por parte del Ayuntamiento y ahora mismo la promotora está trabajando en el proyecto, que se encuentra en proceso de aprobación.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Campanar, Pep Benlloch, ha transmitido en numerosas ocasiones tanto al Consistorio como al Grupo IGSA la preocupación de los ciudadanos por esta situación con los okupas. «Les decimos que derriben ese edificio ya para que no se haga más grande el problema pero ellos hasta que no esté todo aprobado mantienen eso en ese estado tan deteriorado, en mi opinión es una forma de presión ante el Ayuntamiento», expresa.

Antonio, otro de los vecinos de los edificios cercanos, señala la suciedad como uno de los focos del problema. «Suben con una escalera, traspasan el muro y entran. Cuando empezaron a meterse allí quedaban dos o tres vecinos que vivían en el edificio toda la vida y se tuvieron que ir. Hace poco lo tapiaron todo pero se siguen metiendo igual», asegura el hombre. «Desde las fincas de alrededor se ve cómo malviven, con todo lleno de suciedad acumulada, se suben a los balcones y las terrazas que da miedo verlas, la estructura está fatal, a punto de caerse. Es un problema para la zona. Además en los solares de alrededor hay colchones, en un callejón también, todo viene de ese edificio», expresa.

Carmen, vecina jubilada, añade que hace hace unos meses «estaban las ventanas abiertas, las tapiaron pero ahora vuelve a haber otras rotas y con gente dentro». Y Alejandro, comerciante en un local muy cercano, expresa: «Es que es todo, la falta de higiene, la mala imagen, efectúan robos, rompen cristales de coches, gente que viene y nos dicen que les han robado el móvil, es así día a día». El joven expresa: «Hay suciedad, gritos, peleas, aunque es verdad que viene la policía a menudo, pero ha habido inseguridad y se ve movimiento de gente ahí dentro».

El Grupo IGSA, con sede en Valencia, descartan hacer declaraciones a este diario sobre el estado del inmueble. Mientras tanto, la zona sigue deteriorándose, con los solares de alrededor llenos de suciedad y de coches aparcados por todos los sitios. El próximo día 19 de junio el Plan de Reforma de Pare Doménech se publicará en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, por lo que los vecinos confían en que de forma inminente el grupo inmobiliario comience a llevar a cabo las obras de derribo del edificio.

En concreto este Plan de Reforma Interior para crear la plaza Pare Doménech estará delimitado por las avenidas Tirso de Molina, Pío XII y Campanar, con una superficie de más de 12.000 metros cuadrados. Además del edificio okupado, hay también una antigua casa agrícola en ruinas, donde según los vecinos muchos aprovechan para entrar a drogarse, y el resto del suelo del ámbito son solares sin uso específico.

El proyecto consiste en cerrar ese espacio libre que hay ahora en los solares recayentes a la avenida Pío XII y crear entre tres y cinco edificios de nueve plantas cada uno, igual que las dos fincas de ambos lados. El número varía en función de las alternativas propuestas por el Grupo IGSA en el plan. Además, ese PRI también prevé la creación de dos jardines de 3.000 metros cuadrados cada uno en la zona.