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Los vecinos de Honduras exigen al Ayuntamiento que decrete el cierre de las terrazas en las plazas homónima y del Cedro a las 22 horas. Es lo mismo que se decidió para la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) de Woody. Es una de las peticiones trasladadas al Consitorio en la reunión de este martes donde el Ayuntamiento, personificado en los concejales Carlos Mundina y Juan Carlos Caballero, ha trasladado la decisión municipal de no recurrir la sentencia que otorga la declaración de ZAS para el entorno universitario.
Los vecinos llegarán hasta donde haga falta para conseguir la puesta en marcha de ese instrumento administrativo después del recurso de los hosteleros, pero buscan ya, junto al Ayuntamiento, una solución que permita no implantarla. El presidente de la Asociación de Vecinos Honduras y Adyacentes, Javier Soler, ha aplaudido la buena predisposición del Consistorio a trabajar con los residentes pero ha advertido: «Con Grezzi ya fuimos a una mesa del ruido y no sirvió para nada».
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Los vecinos quieren hechos y no palabras. Por eso, proponen al Ayuntamiento que ponga en marcha ya las medidas que marca la ordenanza contra el ruido y que pasarían, además de por el cierre de las terrazas a primera hora de la noche (y no a la 1 como se hace en el Carmen), por una limitación de la apertura de nuevos locales. En definitivamente, se busca un esponjamiento que, en opinión de los vecinos, permitiría aliviar el problema del ruido sobre todo en calles como Serpis, donde las terrazas tienen copado, dicen los residentes, prácticamente todo el espacio público.
Todo ello mientras el Ayuntamiento anuncia un blindaje antibotellón en el barrio para este otoño, con presencia policial constante y el vallado de las plazas. Los vecinos insisten en que sí, el botellón es un problema, pero creen que buena parte de la situación se solucionaría con actuaciones directas contra las terrazas legales, donde cada tarde de fin de semana se reúnen, aseguran, cientos de jóvenes que beben a precios baratos hasta altas horas de la madrugada. La fiesta continúa después, si no en los parques, en los bares, pubs y discotecas de la zona, por lo que los vecinos aseguran que pasan muchas noches en vela.
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