La Federación vecinal alerta de la saturación turística en algunos barrios de Valencia

La turistificación de los barrios de Valencia preocupa y mucho a las asociaciones vecinales, que se han reunido en una jornada especial para tratar la problemática del turismo en la ciudad. Representantes de los barrios valencianos se han dado cita en el Espai Ribes del Parque Central para poner en común todas sus propuestas y quejas con el objetivo de desarrollar un catálogo de acciones que será presentado a las autoridades municipales, con la visión de futuro de que estas peticiones sean atendidas para mejorar la convivencia de los vecinos.

Maria José Brosseta, presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales de Valencia recalca la importancia de esta jornada, ya que se está trabajando desde hace tiempo para que las propuestas que se perfilan con la opinión de expertos se lleven a cabo por el Ayuntamiento. «En el conjunto de la ciudad hay casos que son comunes en todos los barrios. Es difícil porque todos tenemos problemas de ocupación de la vía pública con mesas y sillas principalmente, contaminación acústica y dificultades de aparcamiento. Conseguimos que se creara un observatorio del ocio y el turismo, pero en este momento se le tiene que dar contenido por parte de la administración. Se improvisa de tal forma que no llegan a taparse los huecos. Hoy abrimos un determinado agujero y son incapaces de solucionarlo. Eso es lo que nosotros como colectivos y entidades vecinales tenemos que intentar que se den cuenta que por este camino no vamos a ninguna parte», señala.

En esta jornada también han participado otros colectivos más allá de los vecinales, como es el caso de Ecologistes en Acció. Su representante Pau Monasterio destaca que el turismo es una industria y como tal se ha de tratar. «La clave es intentar fomentar este encuentro para que la gente vea que los vecinos de los barrios que reciben ese turismo somos los que podemos dar la voz de alarma y apretar para que las cosas se gestionen mejor. El turismo es una máquina que hace que las ciudades acaben sin identidad. Aquello que hacía que el turismo quisiera venir a la ciudad para conocerla, como la calidad de vida y la gente, acaba pasando por un proceso de turistificación muy intenso que acaba convirtiendo la ciudad en un escenario turístico. En el que entran además inversiones extranjeras y multinacionales, que extraen ese beneficio económico. Por lo tanto, nos quedamos con una ciudad transformada en la que no se puede vivir en el día a día, porque no tienes servicios, todo está saturado, sin posibilidades de acceder a una vivienda y encima no te quedas con esos beneficios porque cada vez los agentes turísticos son más internacionales y extraen esa riqueza. Es el momento de hacer esa labor de bisagra para diseñar las ciudades y la explotación que se hace de las mismas para que los vecinos puedan vivir y no se haga a costa de ellos», resalta.

Y es que el proceso de turistificación acelerado preocupa mucho a los vecinos de los barrios, especialmente a los más céntricos. «Hay síntomas claros, como la actividad inmobiliaria, el aumento de los precios, la desaparición de la vivienda de alquiler, los desahucios y la compra de bloques por fondos para crear apartamentos turísticos. Vemos que se está desestabilizando la convivencia y el uso del espacio público. Tenemos todos los síntomas de un proceso de turistificación y estamos muy alarmados porque no vemos que desde la administración se estén dando medidas para frenarlo, es más, continúan por la misma senda del crecimiento y vemos que la economía del ocio y el turísmo ya roza el 20% del PIB», afirma Toni Cassola, de la Federación de Asociaciones Vecinales de Valencia.

«Es una economía desregulada. Nos hablan de turismo inteligente y ecológico, pero eso son etiquetas de marketing. Detrás de eso no hay medidas realmente para dar esa seguridad que engañosamente nos cuentan. Al revés. Sandra Gómez dijo recientemente que Valencia es una de las ciudades de Europa que más regulado tiene el tema. No se puede decir eso. Sabemos que el 80% de los apartamentos turísticos están trabajando sin licencia. Queremos hacer visible que no son los barrios de siempre como Ruzafa o Ciutat Vella, es una mancha de aceite que se está extendiendo por la ciudad. Queremos elaborar ese catálogo de propuestas para unirlas y convertirlo en una bandera que en los próximos meses el Ayuntamiento lo tenga en cuenta. Si seguimos en esta senda nos va a empobrecer a todos y enriquecer a unos pocos», sentencia.

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