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El 'Chinatown' impulsado desde los presupuestos participativos del Ayuntamiento sigue levantando ampollas. Ya no sólo porque saliera adelante con los votos a favor de menos de 350 personas ni por el hecho que se proyectase instalar un arco asiático a unos 100 metros de la catedral de la pilota. A los vecinos de la zona de Pelayo les escuece que ahora se ponga en marcha esto cuando llevan años denunciando la degradación del barrio. Algunos, incluso, deslizan que el crecimiento de la comunidad china lo ha revitalizado, algo que debería haber llevado a cabo el Gobierno municipal. Por ejemplo, los residentes llevan años reclamando la peatonalización del tramo de algunas calles sin que de momento desde el Consistorio haya satisfecho su reivindicación.
Los vecinos de la zona se organizan a través del boca a boca, ya que desde hace años dejó de estar activa la asociación del barrio. Pese a ello, hace un par de años se impulsó una recogida de firmas para peatonalizar la calle de Pelayo, en concreto, el tramo que va de la de Xàtiva a Matemático Marzal. Se trata de un proyecto que los residentes ven totalmente viable dejando un acceso para los garajes. «Yo firmé y sé de gente del barrio que también, pero aquí todo sigue igual», señala Pedro, expilotari y que tiene su vivienda en la misma calle.
«Había un proyecto para convertirla en peatonal. Estaba todo estudiado y, de repente, sale esto del ‘Chinatown’», lamenta Juan Sánchez, otro vecino: «No tenemos nada contra ellos, pero es que esto no es un barrio chino». Lo cierto es que sacar el tráfico de Pelayo genera aún cierta controversia. No entre los residentes, que la reivindican, sino por parte de algunos comerciantes, que consideran que esto perjudicaría a sus negocios.
Es el caso de la librería París-Valencia, fundada hace medio siglo y que tuvo una mala experiencia en otra zona de la ciudad. O el estanco que hay, con 109 años de historia. «No nos parece bien que pongan un arco chino, pero es que lo peatonal no vende», indica Concha Sena, la actual propietaria del establecimiento.
Lo cierto es que el proyecto de impulsar un ‘Chinatown’ ha sacado el barrio de su letargo. Tanto es así que el alcalde de Valencia, Joan Ribó, expresó la semana pasada –después de la polémica desatada– la intención del ejecutivo municipal de buscar una solución para que convivan los arcos chinos con una puesta en valor de la pilota.
Y este es otro de los puntos calientes entre los vecinos. Hay algún caso puntual de residentes que se quejan de los ruidos del trinquet, pero la inmensa mayoría de los consultados reclaman que se ponga en valor. Destacan que no en pocas ocasiones, algún visitante les ha preguntado cómo llegar a la cancha, cuando la tenían a escasos metros.
En ese sentido, la Federació propuso colocar una estatua del Rovellet, leyenda de la pilota y principal icono del trinquet, en la calle Xàtiva junto a una señal. Si en la esquina con Pelayo no hay suficiente espacio, se pusieron sobre la mesa dos emplazamientos alternativos: la esquina con Bailén frente a la estación, y la del instituto. Este proyecto se ha quedado en el limbo.
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