La Alquería Ponsa, situada en el barrio de la Aguja en Nou Moles, ha cambiado de manos. Tal como confirma la inmobiliaria que la ... vendía hace unas semanas por 220.000 euros, el edificio ha sido vendido, aunque no ha dicho por cuánto. Se trata de un edificio de principios del siglo XX que forma parte de la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra debido a su mal estado de conservación.
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Lo llamativo del caso es que según el anuncio de la inmobiliaria, el edificio se ofrecía como una «excelente oportunidad» para construir «y explotar» hasta seis apartamentos turísticos «o un hermoso restaurante en los bajos con terrazas y cuatro apartamentos turísticos en las plantas superiores». Según la descripción del anuncio, el edificio cuenta con 94 metros cuadrados en cada una de las tres plantas, con «paredes exteriores y edificación y techo del inmueble bien conservado». «Interior de madera, el resto del interior del edificio está totalmente para construir y reformar», indicaba el anuncio.
Hispania Nostra tiene una opinión distinto. Para la fundación, encargada de velar por el patrimonio urbanístico de las grandes ciudades, el estado de conservación de este Bien de Relevancia Local (BRL) es malo. «Se encuentra abandonada, cerrada y ha estado okupada en diversas ocasiones. Los vehículos la rodean y aparcan en el entorno de protección del bien y a escasos centímetros de sus fachadas, con el riesgo que eso conlleva», según indica en su página web. Esta situación se reproduce estos días: junto a la alquería hay un solar que se usa como aparcamiento con decenas de coches. Este diario pudo comprobar este martes que al lado de la alquería hay un contenedor de obra con escombros, pero nadie trabajaba en un edificio que, por otra parte, tiene las ventanas y puertas tapiadas. Los vecinos aseguran que no han visto obreros en la alquería hace tiempo, pero fuentes de la inmobiliaria insisten en que ha sido vendida. «El anuncio tenía que estar quitado, es viejo, hace tiempo que la hemos vendido», aseguran desde la agencia que tenía encargada su venta.
Según explican desde Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, el Ayuntamiento debe estar atento, cuando se soliciten los permisos «para realizar la rehabilitación y puesta en valor del edificio», a que los usos son acordes a la protección del propio bien, «y desde luego que no autorice que una alquería pase a ser un edificio de apartamentos turísticos». «Si alguien quiere vivir en una alquería, perfecto, pero no se puede coger y empezar a dividirla por dentro en 15.000 habitaciones, en 15.000 apartamentos turísticos, que parece ser que pueda ser la intención», explican las mismas fuentes.
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