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Edificios protegidos cubiertos de pintadas en el barrio del Carmen. damián torres
Un verano en ruinas en el Carmen

Un verano en ruinas en el Carmen

La guerra abierta entre las tribus urbanas que se reparten el territorio con las firmas en las paredes ensucia el barrio pese al refuerzo de limpieza | Los vecinos alertan del aumento de las pintadas y el retraso de las obras públicas

Paco Moreno

Valencia

Domingo, 18 de agosto 2019, 01:19

«Todo lo que ha destruido en serio Bart es lo mejor que puede hacer?» El texto aparece en el muro de un solar de la calle Salinas, en el barrio del Carmen, y es un claro ejemplo que constata la saturación de pintadas y murales en la zona. El autor se queja precisamente de que otro ha pintado encima y, al parecer, no demasiado bien.

El Ayuntamiento anunció hace unos días que en los últimos meses, las brigadas de las contratas de limpieza han limpiado 36.000 metros cuadrados de paredes en toda la ciudad, el equivalente a tres campos y medio de fútbol. «No es suficiente», señaló uno de los vecinos del Carmen que vive en la parte donde se sitúan los restos de la muralla musulmana. Recuerda la impunidad de los grafiteros y la dificultad que tienen los residentes a la hora de tramitar un permiso en el Consistorio para pintar fachadas y puertas.

«Parece una broma de mal gusto», aducen desde la asociación Amics del Carme. El portavoz de la entidad, Antonio Cassola, subrayó que la limpieza ha mejorado, aunque otra cosa son las pintadas. «Se nota el refuerzo, vienen más», reconoció acerca del barrio y el baldeo de todas las calles. El reverso de este incremento son los horarios. «Hemos pedido que baldeen a unas horas más razonables porque las máquinas molestan bastante». Lo mismo opinaba ayer en redes sociales una plataforma vecinal, donde se hablaba de horarios de madrugada, aunque este extremo no lo pudo confirmar el primero. En todo caso, destacó que hasta los propietarios de los apartamentos turísticos se quejan de lo sucio que está el centro por los grafitis.

El centro histórico se ha despoblado en unos pocos años, lo que facilita su degradación

El Carmen se ha convertido los últimos años en un barrio despoblado, donde en verano se ven más turistas que residentes. «En algunas calles ya no queda ningún vecino, por no hablar de las tiendas, que también han desaparecido», comentaban desde la plataforma de afectados por el plan de la muralla.

Esta entidad batalla desde hace lustros para la recuperación de la zona cero del centro histórico, el conjunto de edificios y calles delimitado por Serranos, Caballeros y Baja, tres importantes ejes. El Consistorio maneja una importante inversión desde el pasado mandato, con la reurbanización del entorno de los restos de la muralla.

«Ahora conviven los murales con las firmas, estas últimas son las que predominan sobre todo», señalaron acerca de la última moda, que pasa por delimitar territorios a base de rotuladores de punta gruesa, espray o incluso ceras de pintas. «La brigada pasa de vez en cuando porque vemos los muros que aparecen de color blanco o gris, pero eso dura poco», comentaron las mismas fuentes.

El Ayuntamiento tiene pendientes numerosas inversiones en jardines y dotaciones públicas

El gobierno municipal tiene adelantado el proyecto para convertir un solar junto a la calle En Borràs en un jardín arqueológico, aunque otra cosa bien distinta es saber cuándo será una realidad. Forma parte de los más de 140 millones de euros pendientes de ejecución, una iniciativa arrastrada desde anteriores mandatos y que se completa con algunos equipamientos públicos.

De momento ganan las pintadas, garabatos que no tienen nada de arte. «Son firmas de grupos, como si fueran tribus urbana», comenta un vecino en la plaza del Ángel, quien recuerda el daño que hizo una exposición el pasado marzo en el centro del Carmen, donde el grupo PichiAvo decoró el claustro del siglo XIII con grafitis. «El problema es el ejemplo que supuso de que en todas las fachadas se puede hacer lo mismo».

En realidad, el controvertido grafiti no ha desaparecido del claustro del Carmen, sino que está oculto por una capa de pintura. «Dentro de muchos años, cuando se haga una intervención arqueológica en los restos, pensarán que era la decoración original del convento», señalaron con humor.

En cuanto a las obras pendientes, señalaron también la urgencia de intervenir en solares y edificios privados para promover nuevas viviendas. «En caso contrario, todo acabará siendo apartamentos turísticos a la vuelta de unos pocos años».

Antonio Marín

Denuncian chabolismo bajo un puente en el cauce

La asociación Constantí Llombart denunció ayer el aumento de chabolismo que se produce en el jardín del Turia, en concreto bajo el puente de Campanar, en la imagen. No es el único caso, dado que también se da algo similar en el puente del Mar o en la Casa del Agua. La entidad reclamó al Consistorio un plan de choque de ayuda a estas personas y para frenar la degradación de la zona verde más importante de la ciudad y el lugar más visitado por vecinos y turistas.

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