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Martes, 11 de agosto 2020, 09:45
En 2019 las playas eran otra cosa. Miles y miles de personas, todas buscando la primera línea y encontrar un hueco era casi misión imposible.
En 2019 los turistas aguantaban una cola bajo el sol para poder acceder a ver uno de los edificios más antiguos e históricos del centro de Valencia.
En la misma plaza de la Virgen, los comercios han notado que existe menos afluencia. Las terrazas en 2019 estaban llenas de clientes.
La plaza del Ayuntamiento ha vivido un doble cambio. Por una parte, el provocado por la pandemia y por otra, la peatonalización. En el centro de la ciudad se celebraba en 2019 la cabalgata que abre la programación de la Feria de Julio.
Hace un año, ni rastro de mascarillas. Normalidad en la salida y llegada de trenes.
Hace un año las barcas se podían llenar, sin riesgo alguno y se podía disfrutar al completo de las idílicas escenas que deja este rincón de Valencia.
Lo que ocurría hace justo un año. Miles de personas podían coincidir una tarde para disfrutar de un lugar único cuando ya no hace tanto calor.
Sus lagos centrales se vaciaban el año pasado para celebrar el Festival de Les Arts. Miles de personas se daban cita para disfrutar de la música.
Hasta el año pasado se podía disfrutar sin problema, al completo, de esta joya de Valencia. El verano ha cambiado y Valencia, también.
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