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La decisión del Ayuntamiento de Valencia de 'vetar' a las empresas privadas en la Cabalgata de Reyes que se celebra el 5 de enero no ... sólo se traduce en que las firmas que venían saliendo, algunas de ellas desde hace más de 40 años, no podrán hacerlo. Además, esta decisión municipal cierra mercados a los artistas carroceros valencianos que han visto cómo este año no tendrán presencia en este desfile de los Reyes Magos y, los pocos que serán contratados por entidades sin ánimo de lucro y sobre todo fallas, será de forma residual, con escasa presencia.
Si en los años previos a las restricciones por la pandemia eran cerca de diez empresas privadas las que alquilaban carrozas, con una media de unos 1.500 euros por carroza, los carroceros dejarán de recibir de Valencia unos 15.000 euros.
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Esta medida municipal ha sentado como un jarro de agua fría a unos artesanos que se están convirtiendo casi en una especie en extinción, ya que por ejemplo, se han producido ya jubilaciones, como la de José Ángel Azpeitia y otros compañeros están viendo cómo se reduce la actividad e incluso pensando si merece la pena seguir en el sector. De hecho, no hay nada más ilustrador que dar una vuelta por la Ciudad del Artista Fallero para comprobar cómo se está dejando morir este espacio que se quería consagrar como el distrito cultural de las Fallas, ya que cada vez hay menos artesanos en estas naves.
Si la pandemia ya les impidió sacar las carrozas a la calle durante dos años, ahora el regreso en Valencia no está recibiendo mucho apoyo.
Un carrocero reconoce que hace unos meses recibió la consulta de unas empresas para alquilar carrozas «y resulta que como el año pasado ya me anularon el pedido a última hora, porque luego el Ayuntamiento decidió –por las restricciones sanitarias– hacer una cabalgata estática dentro de la plaza de Toros, pues este año ya les dije que hasta que no tuvieran concedida la participación que no reservaba, porque no me quería quedar otra vez con las carrozas paradas».
Al final reconoce que le ha servido la intuición «porque ha sido a final de año cuando han dicho a las empresas que no salen y a ver qué hubiera hecho yo con las reservas».
Recuerda que hace años «teníamos seis o siete carrozas en la Cabalgata de Valencia, pero desde que la coordinan con productoras para hacer animaciones y demás, cuentan poco con los carroceros valencianos».
Los artesanos carroceros aseguran estar pasando un momento complicado, después de dos años de no poder trabajar durante la pandemia y tras recibir poco apoyo del Ayuntamiento de Valencia, ya que aseguran que no cuentan casi con ellos para los actos festivos de la ciudad.
Además, se da otra circunstancia, y es que hay dos artesanos que a fecha de este lunes todavía no habían cobrado la factura de la creación realizada para un acto tan simbólico de las tradiciones valencianas como es el caso de la Batalla de Flores.
Este evento con más de 150 años de tradición se celebró el último domingo del mes de julio en la Alameda, pero cinco meses después, algunos no han recibido el pago municipal.
Al parecer se produjo un error en un sistema informático y siguen a la espera de que se haga efectivo el pago. Los otros compañeros que participaron sí cobraron, pero lo han hecho tarde, bien entrado el mes de noviembre y después de haber hecho varias gestiones en Cultura Festiva para recordarlo.
Pero no sólo eso, en esta Batalla de Flores se pidió por primera vez a los carroceros participantes que optaran a diseñar alguna de las carrozas, tanto de Especial como ordinarias, que abonaran primero una fianza, como se hace en otros muchos concursos públicos. La cuestión es que a fechas de hoy, los artesanos que mostraron su saber hacer, siguen sin haber recibido el reintegro, y cada una de las fianzas iba entre 100 y 700 euros, según el número de carrozas que desfilaron.
Otro compañero detalla que, además, «los precios en Valencia se habían estancado y tenemos que poner hasta el coche tractor, cuando en los pueblos y otras ciudades lo ponen ellos. No podemos acabar trabajando sin beneficios».
Un carrocero con sede fuera de la Ciudad del Artista Fallero detalla que este año no tendrá ninguna carroza en Valencia, «cuando antes de la pandemia a lo mejor tenía tres o cuatro». Y añade el refrán que dice «en casa de herrero, cuchillo de palo. Es una pena que no promocionen a los carroceros, que también formamos parte de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».
Si bien estos artesanos toda la vida han servido estas decoraciones creativas sobre ruedas por múltiples municipios, ahora que apenas van a tener representación en el cap i casal, han tenido que intensificar el reparto de sus carrozas por toda España.
Además, detallan que en todo el país la reserva de sus creaciones comenzó pronto, entre septiembre y octubre y en algunos casos incluso en el mes de agosto, cuando aquí se están moviendo en las últimas semanas.
Hay artesanos que han preferido cerrar los alquileres en municipios de la provincia de Valencia, como Alaquás, El Puig, Quart, Cullera, Quart o L'Eliana; otros en municipios como Sollana, Albuixech, Godella, ya en Castellón en puntos como La Vall d'Uixó.
Otros incluso están combinando la presencia en cabalgatas de la provincia, como en Villamarxant o Massalavés, con el traslado de carrozas a otras provincias, con zonas tan variadas como Cuenca, Teruel, Barcelona, Tarragona o en la zona centro próxima a Madrid.
También hay otros artesanos que directamente reconocen que este año tendrán que seguir de perfil bajo con las carrozas, con encargos puntuales como la creación de unos trineos, «porque tal como han aumentado los gastos, ya cuesta que salga a cuenta mover las carrozas».
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