San Vicente: la calle verde pierde su color

Hace justo veinte días, el Ayuntamiento pintó de verde un trozo de la calle San Vicente. La «actuación blanda» permitía resolver con poco dinero la falta de coordinación entre dos concejalías, a saber, la de Movilidad que proyectó un carril bici, y la de Desarrollo Urbano, que debe ampliar las acera. El color ha cambiado en estas tres semanas y empieza a coger una tonalidad sucia, con desconchados y signos evidentes de abandono.

El asunto va por trozos. En la parte más próxima a la plaza de España el deterioro es evidente y el verde desaparece a marchas forzadas. Los maceteros aguantan un poco mejor, teniendo en cuenta el poco tiempo que ha pasado. Conforme se avanza hacia la plaza de San Agustín, la pintura tiene mejor color al alejarse de una zona de botellón.

La decoración de la calle acompañó a la apertura del carril ciclista, paralizado desde hacía más de un año por el abandono de la empresa. También se aprovechó para poner en servicio el itinerario entre la calle Justicia y la calle General Palanca. La delegación de Parques y Jardines aportó los bancos, los maceteros y la pintura, esta última necesitada de un repaso.

El concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, llegó a decir que pocos sitios como este tramo de la calle San Vicente «ejemplifican tan bien la subordinación a la que se ha sometido durante años al peatón en la ciudad respecto a los vehículos de motor».

También se aprovechó para crear nuevas plazas de carga y descarga y aparcamientos para motos en calzada, de cara a que el espacio peatonal existente, las aceras, sean de uso exclusivo peatonal.

La realidad es que el mantenimiento necesita más cuidados si el Ayuntamiento quiere preservar la imagen verde de la nueva zona peatonal. El único antecedente de «actuación blanda» este mandato fue la modificación de la planta viaria en el entorno de la Lonja, aunque en ese caso se obvió la pintura verde.