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El monumento a las víctimas de las riadas entre la plaza Zaragoza y la avenida de Aragón. Jesús Signes

Las víctimas de la dana tendrán su nombre inscrito en piedra en el monumento a los fallecidos en las riadas

El Ayuntamiento de Valencia acometerá la rehabilitación del enclave de la avenida de Aragón, donde se pretende recuperar el pebetero incluido en el diseño original con una llama permanente

Gonzalo Bosch

Valencia

Lunes, 20 de enero 2025, 13:00

El Ayuntamiento de Valencia ha desvelado más detalles acerca de la rehabilitación del Monumento a las víctimas de las riadas que se sitúa entre ... la plaza Zaragoza y la avenida de Aragón. Dentro de las acciones que pretende acometer el consistorio, se ha desvelado que las víctimas de la dana del pasado 29 de octubre tendrán su nombre inscrito en piedra natural labrada. Además, se pretende recuperar el pebetero incluido en el diseño original del memorial, con una llama permanente, así como señales informativas que darán cuenta del objeto de la existencia de dicho monumento.

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Así lo ha anunciado el concejal de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno, tras la Comisión de Cultura para la restauración de dicho monumento. «El Ayuntamiento «impulsará la rehabilitación integral del Monumento a las víctimas de las riadas para convertirlo en un memorial, con una llama siempre encendida», ha afirmado Moreno tras la celebración de la comisión. Además, según informaba el propio consistorio, se trata de la primera rehabilitación en 40 años del monumento en cuestión.

Respecto a los nombres que serán inscritos en piedra tras la habilitación del memorial, el Ayuntamiento de Valencia ha informado que la propuesta no está todavía concretada, puesto que se quiere lograr "el máximo de consenso posible". Aunque eso sí, la intención es incluir a las víctimas de toda el área metropolitana. Además, el consistorio ha querido enfatizar que con el memorial "no solo hablamos de las víctimas del 29 de octubre, si no que también se inscribirá también el nombre de las víctimas de la Riada de 1957". No obstante, el ayuntamiento ha informado que, para llevar a cabo esta iniciativa, se tiene que pedir pedir permiso a los familiares de las víctimas de la inclusión de los nombres.

Las acciones a realizar consistirán en la recuperación del pebetero que incluía el diseño original, con una llama votiva permanente en recuerdo constante de las víctimas de las distintas riadas que, a lo largo de la Historia, han afectado a la ciudad de Valencia. Además, se inscribirá, sobre piedra natural labrada, el nombre de todos y cada uno de los fallecidos de cuya identidad se tiene registro; se adecuará el entorno del monumento; y se colocará señalética informativa en sus inmediaciones, dando cuenta del objeto y de la dedicatoria del citado memorial.

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El Ayuntamiento ya anunció el pasado 20 de diciembre su intención de rehabilitar el citado lugar. De hecho, en el momento en el que se anunció, se dijo que el enclave pasaría a denominarse «Plaza de las víctimas de la dana del 29 de octubre de 2024».

Actualmente los valencianos cuentan con un enclave en memoria de las víctimas de la riada de 1957. Realizado por el prestigioso escultor Ramón de Soto, por encargo del Ayuntamiento de Valencia, el Monumento a las víctimas de las riadas fue inaugurado en octubre de 1982, coincidiendo con el 25 aniversario de la fatídica riada de 1957. Sito en la Avenida de Aragón, éste consta de dos elementos principales a modo de alas de 16 metros de altura y con una separación de 50 centímetros, que se elevan sobre una alberca, flanqueada por una hilera de cipreses. El conjunto escultórico, todo un alarde desde el punto de vista constructivo, se extiende sobre una explanada de grandes losas de piedra y está rodeado por un pequeño graderío perimetral. Según consta en la memoria del proyecto, «el monumento simboliza la esperanza nacida de la tenacidad emergiendo del desastre de las aguas».

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Tal y como pudieron confirmar los técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico, la escultura presenta en la actualidad toda una serie de patologías, habituales por el paso de los años en construcciones de hormigón armado expuestas a las inclemencias del tiempo, como el viento y la lluvia, y sometidas a importantes humedades, por estar parcialmente sumergido en el agua. Dichos daños producen un deterioro, en este caso agravado por la altura e inclinación del monumento, como es la oxidación de las armaduras y de los refuerzos interiores de acero, así como el desprendimiento del recubrimiento del hormigón, dejando las mismas a la intemperie y acelerando su corrosión.

Así, en una primera inspección visual se detectó que en distintos puntos del monumento, sobre todo, en la parte superior de las alas, está empezando a marcarse una línea de desprendimiento del hormigón, sin que sea posible saberse todavía el alcance exacto de los daños. Asimismo, en la cara interior de una de las alas se observa que el compactado del hormigón no fue el adecuado en la ejecución del monumento, lo que en su día quizá no fuera un problema, pero que, sin embargo, con el paso del tiempo se ha convertido en un foco de permeabilidad para la entrada de humedad y de agua, por lo que, más de cuarenta años después de su creación, se deduce que existirán daños en la armadura que no se pueden ver a simple vista por la pequeña separación entre las alas.

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