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El edificio aislado, al fondo, rodeado de vehículos aparcados. damiián torres

Vivir rodeados por un aparcamiento y sin calles en Valencia

La inflación ha retrasado la urbanización del entorno del edificio, donde el Ayuntamiento prevé construir 400 viviendas protegidas

Paco Moreno

Valencia

Domingo, 22 de enero 2023, 01:08

Una mañana cualquiera en la Carrera Malilla, 119, una finca aislada con 56 viviendas divididas en dos escaleras cuyos vecinos están literalmente rodeados por ... coches y no es broma. Están así desde hace tanto tiempo que ni se acuerdan.

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«Coches, gorrillas, solares, socavones, desniveles, una acequia, una nave abandonada,...» La lista es larga y la desgrana una de las vecinas afectadas. Es uno de los pocos casos en Valencia de una finca rodeada por completa por solares sin urbanizar. Incluso los contenedores de basura se dejan fuera, en el acceso desde la Carrera Malilla, dado que el camión no podría maniobrar dentro de ninguna manera.

Primero sucedió la construcción del nuevo Hospital La Fe, una megaestructura sanitaria que está a tiro de piedra. Las calles nuevas para unir esa zona a la finca no llegaron. «Los que sí aparcan son todos los trabajan ahí, que a las ocho de la mañana esto está a tope de coches, cuando tienen un aparcamiento subterráneo al lado del hospital», lamentan las mismas fuentes.

Luego aterrizó el flamante barrio que se empieza a levantar entre las vías del tren y la V-30. Su acceso principal desde el casco urbano es la calzada por donde se llega al puente que salva el tendido ferroviario, una obra en marcha que se acabó hace unos meses. Entonces, los vecinos pensaron que llegaba su oportunidad pero también fallaron.

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El aislamiento debería haber terminado ya, aunque la culpa es de la inflación. Fuentes de la concejalía de Urbanismo indicaron que el PAI Malilla Sur, que así se denomina en los planos toda esa parte de Valencia, acogerá unas 400 viviendas con unas obras de urbanización que debían haberse iniciado el pasado año.

«El motivo de que no hayan empezado es que se tuvo que rehacer el proyecto por el incremento de los precios», indicaron. La inflación y la guerra de Ucrania han paralizado algunas obras en Valencia y este ejemplo es uno de ellos, aunque no consuele a los vecinos.

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«Tuve que llamar al Ayuntamiento para que pusieran una papelera porque había una pero rota», indicaron desde la comunidad de vecinos. En los bajos, un bar con una terraza recuerda a todos que allí hay vida más allá de los gorrillas que colocan los coches en los solares como en un Tetris. El problema es que los desniveles son tan grandes en algunas zonas que una vez una grúa tuvo que sacar un coche. «El conductor no podía», aseguraron.

La previsión es que este año se desbloqueen las obras previstas por el Consistorio, aunque los vecinos no las tienen todas consigo. «La realidad es que aquí no viene ni la Policía Local a poner una multa porque nos consideran un aparcamiento», finalizan.

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