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Gonzalo Bosch Rodríguez
Valencia
Miércoles, 3 de abril 2024, 13:56
Los mercados municipales de Valencia se encuentran en una situación en la que cada vez son más las paradas que cierran. Tras las subastas realizadas en los últimos tiempos, no parece haber cambio generacional para mantener con vida este negocio tradicional. En la última realizada en febrero, sólo se asignaron 14 de las 318 paradas ofertadas. Sin embargo, desde Confemercats CV aseguran que la dinámica de los mercados es positiva. La venta no presencial a través de WhatsApp, los nuevos hábitos de la gente joven para consumir producto fresco y el estudio de un nuevo sistema de acceso a las paradas vacías, son algunos de los puntos por los que, desde la asociación de mercados, creen en un futuro esperanzador.
La secretaria general de Confemercats CV, Cristina Oliete, comenta que la pandemia marcó un antes y un después para los mercados. Con el confinamiento, y las posteriores medidas de prevención como la limitación de los aforos, desde el sector sabían que sus negocios corrían peligro. Por ello, se adaptaron a los nuevos tiempos y decidieron ofertar en internet sus productos. «Nos dimos cuenta rápido que en internet no funcionamos porque la actualización de precios cada día era insostenible en web», explica Oliete. Sin embargo, surgió una idea que cambió parte de la forma de venta de estos puestos. «Subes un vídeo cada día los precios a tu estado y la gente encarga productos a través de WhatsApp«, confirma la secretaria general. De esta manera, para muchas paradas de mercado, este sistema de venta supone ya un 15% del total de su facturación.
De hecho, Oliete lo tiene claro: «La venta no presencial funciona muy bien, este chat ha marcado un antes y un después para muchas paradas». Además, Cristina Oliete, que también es gerente del Mercado Central de Valencia, asegura que con este sistema los vendedores pueden tener, como clientes, a todos aquellos que no pueden acudir al mercado mientras está abierto, debido muchas veces a la coincidencia con el horario laboral. Con este nuevo sistema, los valencianos se reservan una cesta de productos sin necesidad de acudir presencialmente durante la mañana a por ellos.
Por otro lado, la secretaria general de Confecomerç ha asegurado a este diario que la problemática de las paradas en los distintos mercados tiene solución a medio plazo. «El procedimiento actual está muy encorsetado, no puede ser que la subasta se realice un sólo día cada tres meses». Para poder acceder a una de las paradas de los múltiples mercados municipales de Valencia, los trámites no brillan por su agilidad. El Ayuntamiento presenta una fecha, único día en el que se realice la subasta hasta una próxima convocatoria más adelante. A partir de ahí, todo aquel que cumpla con los requisitos debe presentarse ese día y aplicar a la parada que desea. En Confecomerç sugieren «que la posibilidad de presentar opciones sea durante un tiempo más largo». Según defienden, si el plazo de presentación es más amplio y la burocracia previa fuera más ágil, muchas personas que «se echan atrás por lo farragoso» del proceso, verían mucho más atractiva la posibilidad.
«El concejal se mostró en todo momento con la vocación de cambiar la dinámica y apoyarse en la voz de los mercados para agilizar los procesos», asegura Oliete. Y es que, el 2 de abril, el concejal de Comercio y Mercados, Santiago Ballester, se reunió con Confecomerç para repasar las inversiones que actualmente se realizan en los distintos mercados de la ciudad, así como estudiar la manera de dotar y fomentar que accedan las personas a las paradas vacantes. «Cuando se agilicen los trámites, las paradas se llenarán», sentencia Cristina Oliete.
Según Cristina Oliete, pese a que existe un discurso pesimista acerca del futuro de los mercados municipales, este sector tiene una serie de puntos fuertes que les diferencian de otros competidores y les mantiene «en la lucha» para seguir con el trabajo. Por un lado, Oliete afirma que la gente joven cada vez es más habitual en los mercados. Según ella, los jóvenes son los más concienciados con los buenos hábitos y son los que más valoran la existencia de productos frescos recién llegados de la huerta.
Por otro lado, «los mercados ofrecen servicios que no ves en otros negocios», asegura Oliete. «En el Mercado Central, por ejemplo, la mayoría de paradas ofrecen cortes carne latino, halal, o kosher», incide. Del mismo modo, Oliete asegura que recibe muchas llamadas de gente que busca productos muy concretos que no se encuentran en cualquier lugar, como el yuzu de origen asiático, o el guanciale italiano. Cristina Oliete afirma que los mercados necesitan voces positivas que apoyen las campañas para fomentar el consumo en estos negocios, y tiene muy claro el aspecto por lo que estos lugares pueden ser tan especiales y marquen la diferencia: «la sociedad pone muy en valor nuestro producto porque valora que sea fresco y de proximidad».
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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