P. M.
Lunes, 21 de marzo 2022, 16:40
Cuando no es el efecto de los temporales y borrascas, es el pisoteo de los visitantes del parque natural. El Ayuntamiento ha concluido el enésimo intento de proteger los cordones dunares de las playas de la Albufera, al colocar nuevos vallado de separación aumentando ... la superficie protegida. «Un paso muy importante para la protección de especies protegidas como el chorlitejo patinegro y también del cordón dunar de las playas», en palabras del vicealcalde Sergi Campillo.
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El Servicio de Devesa-Albufera consideró necesario proteger la zona de nidos y el primer frente dunar en dos nuevos tramos de las playas de la Devesa Norte, mediante estacas, cuerdas y carteles informativos. «Tal como nos comprometimos con el voluntariado del parque natural, hemos modificado el cierre de separación de las zonas de cría del chorlitejo patinegro en las playas y también del lago de Pujol. Hemos aumentado la zona de separación, también en el cordón dunar protegido con estacas y cuerdas», explicó.
El objetivo es fomentar la conservación de los tramos de playa que mantienen zonas de embriones dunares y en los cuales en los últimos años se ha detectado presencia del chorlitejo patinegro, ave catalogada como vulnerable en el «Catálogo Valenciano de Fauna Amenazada». Estas zonas embrionarias aparecen protegidas en la directiva europea como «Vegetación anual sobre desechos marinos acumulados» y «Dunas móviles embrionarias». El papel de estos espacios naturales es fundamental en la formación de dunas y en la estabilidad de las playas.
Campillo avanzó que en pocas semanas se instalará nueva cartelería para informar los visitantes de estos espacios tan sensibles de la prohibición de traspasar las zonas acotadas y de llevar siempre los perros atados para «no molestar a las especies que se está reproduciendo».
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En el lago del Pujol se ha cambiado la valla de protección anterior formada por estacas y cuerdas por una más infranqueable, con el objetivo de que los perros sueltos no puedan acceder en la zona acotada. «El lago se ha convertido en una zona de reserva y hay que protegerlo tanto de perros sueltos como de personas que antes saltaban por encima de las cuerdas», finalizó.
Los trabajos también se han realizado en otros dos tramos, el primero es el de la playa del Arbre del Gos, a la altura del mirador situado en el extremo sur de esta playa. Este cierre tiene unos 250 metros de perímetro, dejando un paso peatonal en el norte y sur de este, así como suficiente espacio entre el cierre y la línea de playa para el paso de vehículos de vigilancia y mantenimiento.
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El otro tramo es el de la playa de la Garrofera, frente al edificio del antiguo hotel Sidi-Saler. El cierre tiene aproximadamente 300 metros de perímetro. La superficie que se ha protegido está formada por dunas bajas y embrionarias. Durante las observaciones realizadas durante los años 2020 y 2021 se detectó presencia de chorlitejo que ha utilizado este espacio como lugar de alimentación, con un alto potencial para el establecimiento de nuevas parejas.
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