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ADA DASÍ
Miércoles, 13 de febrero 2008, 11:14
El 18 de septiembre de 1999 una explosión pirotécnica sacudió la localidad de Catarroja. Cerca de 15 viviendas de la calle Colón se vieron afectadas por este hecho, cuatro de ellas tuvieron que demolerse al quedar inutilizados sus pilares de carga, y además hubo que lamentar un fallecimiento, el de uno de los festeros que llevaba el carro con los petardos preparados para celebrar la despertà con motivo de las fiestas del Cristo.
Casi nueve años después, los damnificados por este desgraciado suceso siguen pagando los préstamos que solicitaron para cubrir los desperfectos ocasionados por la explosión en sus viviendas.
El resultado del juicio no les convenció, ya que no hubo culpables. Se dictó una indemnización, cifrada en 100 millones de pesetas, que les ayudaría a sufragar los gastos ocasionados por la explosión. Pero la compañía aseguradora quebró.
El Ayuntamiento acordó, en su momento, hacerse cargo de los intereses derivados de los préstamos de las familias afectadas, pero para estos vecinos, "no es suficiente, porque al fin y al cabo somos nosotros los que nos vemos obligados a pagar a pesar de ser los más perjudicados", explica Salvador García. "Alguien tendría que asumir la culpa de lo que ocurrió".
Salvador, como otros 15 vecinos de la calle Colón, se sienten "estafados" y reclaman una solución. "Estamos cansados de esperar y ya no creemos en la justicia", añaden. "Todo esto ha sido una tomadura de pelo -explica Salvador García- y creo que debería ser el Ayuntamiento el que asumiera el pago de los préstamos porque fue quien dio el permiso para realizar la despertà".
Los padres de Salvador, que además es a su vez el progenitor del chico que murió en el suceso, se quedaron literalmente en la calle cuando su casa se derrumbó casi por completo el 18 de septiembre de 1999.
A causa del derrumbe, su madre, Matilde Cuallado, se rompió seis costillas y el esternón, unas heridas por las que estuvo hospitalizada durante una semana. Ahora la mujer, septuagenaria y con minusvalía, sigue pagando el préstamo, a pesar de ser una víctima de un suceso del que no tuvo la culpa.
Los once acusados de la muerte en Catarroja por la explosión de material pirotécnico del menor de 17 años, Sergio García Félix, han sido absueltos de los delitos de homicidio por imprudencia, lesiones o negligencia.
Así lo decidió el magistrado del Juzgado de Lo Penal 1 de Valencia. Los acusados fueron seis integrantes de la Cofradía de Clavarios del Cristo de la Piedad (por homicidio por imprudencia), un ex trabajador de Pirotecnia Arnal, empresa pirotécnica encargada del festejo, el representante de la misma, el encargado de disparar las carcasas, y dos agentes de la Policía Local, todos ellos acusados de negligencia.
Conducta temeraria
El magistrado basó sus argumentos principalmente en un vídeo, visionado durante el juicio, en el que se grabó el acto festivo y el trágico accidente. En él se ve que muchos clavarios, entre ellos varios de los acusados, "tiraban petardos a un metro del carro". El juez califica su conducta como "temeraria y de una imprudencia muy grave".
Los procesados faltaron "al más elemental deber de cuidado exigible al menos diligente de los humanos". Pero ni la investigación policial ni el juicio han podido determinar "de quién partió el artefacto explosivo que causó la explosión", subraya la resolución. Si marcó el juez que los damnificados recibirían una indemnización de 100 millones.
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