
COLPISA
Jueves, 20 de marzo 2008, 08:22
El Getafe jugará su segunda final de la Copa del Rey consecutiva en medio de la polémica. Los madrileños lograron el empate de la peor manera posible. Garay y Uche peleaban por un balón en la esquina del área cuando el central argentino cayó lesionado de gravedad en la rodilla. Albín recogió el balón y, a pesar de los requerimientos del delantero nigeriano, siguió con el juego. El uruguayo pasó a Casquero que la mandó a la escuadra. El 'Geta' daba por finiquitada la eliminatoria, que tuvo en el alambre desde el comienzo. El Racing de Santander se contagió de la pasión que irradiaba la grada de El Sardinero. Media hora antes, las bufandas verdiblancas poblaban cada rincón del estadio y anunciaban el ambiente infernal que le esperaba al Getafe.
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Michael Laudrup auguró que los campos caldeados sólo se veían en Grecia o en Turquía. Con la final de Copa en el horizonte, Santander se acercó un poco mas al mar Egeo. Los jugadores de Marcelino notaron ese calor y salieron con un plus más de velocidad, de agresividad y de juego. Las ocasiones no tardaron en llegar. El Racing era un vendaval que sólo tenía como objetivo la portería de Ustari. Las oportunidad comenzaron a llegar en las botas de Tchité, Munitis y de Jorge López.
Los tres tuvieron las oportunidades más claras del encuentro, que nacían en su mayoría de las botas de Óscar Serrano, impresionante por su banda izquierda. El 'Geta' aguantaba como podía, pero en un error de marcaje permitió que Munitis se colara entre los centrales y rematara solo un pase de Jorge López.
El primer paso estaba dado. Marcelino pedía calma a sus hombres, que pensaran las jugadas y no se volvieran locos azuzados por la hinchada. Las ocasiones de gol seguían del lado cántabro. Tchité falló lo imposible. En el enésimo pase de Serrano, el delantero africano tiró fuera dentro del área pequeña. Después los otros dos miembros del tridente santanderino (López y Munitis) desaprovecharon sendas oportunidades.
Sin balón a Casquero
A pesar de las acometidas, el Getafe sobrevivía gracias a los contragolpes de Uche. El nigeriano erró un mano a mano con Coltorti. Laudrup esperaba que al Racing se le acabara la gasolina. Pero los santanderinos eran tercos. No cedían en su empeño y seguían como una máquina perfectamente engrasada, sin descanso hacia la portería de Ustari. Colsa solo en el área y Smolarek de cabeza tuvieron las mejores ocasiones de la segunda parte.
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Pero lo que era una fiesta del fútbol se empaño por el gol del empate. Tal era el cabreo de los racinguistas que los jugadores del Getafe decidieron no pasar ni un balón a Casquero, que pasó desapercibido desde el momento del gol hasta el pitido final. Entonces, los nervios se desataron y algunos futbolistas del Racing buscaron al centrocampista toledano, que se escabulló rápidamente a los vestuarios.
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