
ÓSCAR DE LA DUEÑA
Viernes, 28 de marzo 2008, 04:57
El gobierno de la localidad de Almoines ha puesto el grito en el cielo tras estudiar el proyecto de la variante comarcal a la N-332, la A-38. Desde el municipio temen que la ejecución de la nueva autovía acabe con los terrenos agrícolas de la población, ya que según el alcalde, Vicent Ribes, la vía acabaría con una parte muy importante de huertos de la localidad.
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Desde el gobierno señalaron, además, que todos estos terrenos están en plena producción, por lo que el daño sería doble. Y es que las posibles obras no sólo ocuparían las parcelas necesarias, sino que cabe la posibilidad de que otras sean utilizadas para depositar material durante las obras.
Por otra parte, desde el Bloc Nacionalista Valencià del municipio informaron que han presentado seis alegaciones al estudio informativo en las que se propone que no se lleve a cabo la variante
Para los nacionalistas la "mejor solución" pasa por liberalizar la AP-7. "Retirar el peaje de la autopista es la mejor solución, ya que no hará falta construir una nueva carretera en la comarca", indicaron desde el colectivo local.
Pero además, los nacionalistas de Almoines creen que esta medida tiene menos impacto paisajístico y acústico sobre la localidad, ya que se contaría con una carretera menos, y además sería la más "económica".
En ese sentido, indicaron que de este modo se ha solucionado el mismo problema en otras zonas como por ejemplo en Camp de Morvedre, donde existía el mismo problema y se ha liberalizado la autopista.
Pero Almoines no es la única localidad reacia a la ejecución de la A-38 a su paso por la Safor. En ese sentido, el Bloc de La Font d'En Carrós también anunció sus alegaciones.
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Entre ellas destaca una en la que denuncian que si finalmente se habilita la vía, ésta acabará con el turismo rural del pueblo.
Los nacionalistas consideran que este tipo de industria es la única vía económica que le queda a poblaciones pequeñas donde la agricultura está dejando de ser una actividad rentable.
Pero además señalaron que la A-38 afectaría de forma negativa a la calidad de vida de los vecinos, al multiplicarse los ruidos.
Y es que la AP-7 ya pasa por la población, por lo que otra autovía incrementaría el impacto acústico de los vehículos, teniendo en cuanta que los de más tonelaje son los que más utilizan estas vías.
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Por otra parte, el Bloc de La Font indicó que este tipo de vías de transporte no son las "deseables para una comarca como la Safor" que ya está dividida por una autopista de peaje. En ese sentido, lamentaron también que hay otro proyecto, el de la autovía del Morquí, que prevé su paso por la población.
Asimismo, quisieron destacar el gasto tan elevado que supone la construcción de la A-38 y propusieron que se liberalice la autopista que
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