El derribo del convento de Padres Carmelitas destruirá un claustro único de Ros de Ursinos

Desconocimiento o dejadez. El frágil patrimonio de Castellón vuelve a estar en la cuerda floja. El antiguo convento de los Padres Carmelitas de la capital, ubicado en el cruce de la calle Ros de Ursinos y avenida Capuchinos, será derribado para levantar en su lugar unas nuevas dependencias monacales y un bloque de 33 viviendas.

Sin embargo, en el corazón del edificio y casi dormido por el silencio reinante, se conserva un claustro historicista del arquitecto Ros de Ursinos. Este personaje es autor, entre otros, de edificios tan emblemáticos en la capital como el Teatro Principal, la iglesia de la Sagrada Familia o el paseo del Obelisco en el parque Ribalta.

Esta obra clave del arquitecto carece sin embargo de protección. El catálogo de Patrimonio Histórico Artístico incluido en el PGOU de 2000 de Castellón sólo incluye la iglesia del Carmen en la categoría de edificios cuya sustitución requerirá determinadas condiciones. No es una protección total porque considera que "su valor arquitectónico es menor" que el de otras obras, pero sí contempla su salvaguarda. En cambio nada dice del convento anexo.

Una situación que deja al claustro totalmente desprotegido ante futuras actuaciones. Un peligro que finalmente ha llegado. El convento de Nuestra Señora del Carmen, cerrado desde hace varios años, está afectado por aluminosis. Por ello, la orden religiosa propietaria del inmueble ha pactado su derribo.

Uno de los padres de la orden cuya sede está en Valencia explicó a LAS PROVINCIAS Castellón que "el edificio no reúne las condiciones necesarias. Los técnicos dicen que es mejor tirarlo todo".

Sin embargo, esta patología que afecta principalmente al hormigón de las construcciones no ha dañado todo el edificio, sino sólo parte de las torres, que son un añadido posterior del convento. Técnicos consultados por este diario afirman que "el edificio se puede sanear, pues la aluminosis tiene tratamiento".

La constructora, Niegres Promociones, confirma la desprotección del edificio. "No hay que salvaguardar nada porque no está protegido. El convento no desaparece, sino que se hace uno nuevo guardando la estética", explicaron.

Así, la única posibilidad de que el claustro de Ros de Ursinos pueda salvarse de la destrucción sería darle un nivel de protección que hoy no tiene; una decisión que está en manos del Ayuntamiento. En cambio, el catálogo del Área de Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana sí incluye en su listado el convento del Carmen.

Si se tratase de una iglesia sería propiedad del Obispado y, por tanto, la Delegación Diocesana de Patrimonio podría intervenir. En este caso se trata de un convento, cuya propiedad es exclusiva de la orden religiosa a la que pertenece.

Durante las muchas negociaciones entre el Ayuntamiento y la orden por la unidad de ejecución y la posterior reparcelación del solar, nada se planteó sobre la salvaguarda del antiguo convento. A preguntas de este diario, el concejal de Urbanismo, Javier Moliner, explicó que "todavía no tienen la licencia de obras, por tanto, se podría analizar la propuesta de proteger el claustro". "Aunque es difícil", matizó.

El socialista Juli Domingo comentó que "desgraciadamente, esto no es un caso aislado". "Hay soluciones para evitar el derribo, como por ejemplo lo que se hizo en el claustro dominico del Conservatorio de Música. Por eso pedimos al Ayuntamiento que lo incluya en el catálogo de protección si es susceptible de conservación", añadió.