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PAULA BORJA
Domingo, 25 de enero 2009, 03:50
Con idéntico valor y fortaleza. Incluso, con el mismo deber de responsabilidad por combatir y defender aquello que les pertenece. Hace 50 años, el enemigo se escondía detrás de las dunas en el desierto; hoy parece arremolinarse en medio de las montañas de la burocracia. Pero el tesón con el que los excombatientes del Regimiento de Guadalajara número 20 reivindican, frente a la administración, que se les reconozca su labor en la batalla del Sáhara es igual al que demostraron entonces, con a penas 20 años, en el desierto de Sidi Ifni. La unión de los miembros del batallón ha sido la estrategia elegida. Así lo decidieron en la primera asamblea de la Asociación de Excombatientes del Sahara que se celebró recientemente en Algemesí. El objetivo de la acción también está claro: exigir su reconocimiento moral y económico. Y ya tiene quien les dirija o al menos quien les represente. Vicente Penadés y Francisco Codina fueron elegidos por los 37 miembros presidente y secretario, respectivamente. Afortunadamente, en esta nueva contienda que tienen que librar no les harán falta ni las granadas, ni los fusiles. Les bastará con su experiencia, con la valentía demostrada en los años que permanecieron en el Sáhara y con su memoria. Al fin y al cabo, si los acontecimientos de Sidi Ifni forman parte de la Historia de España, también ellos son, como le gusta enfatizar a Penadés (Algemesí, 1937), "memoria histórica". Por desgracia, aún hay a quien no le gusta que la memoria haga pasar las páginas de los libros de Historia, para dejar su espacio a aquellos que, por olvido, por silencio o por temor, nunca fueron nombrados, más allá de las listas de reclutamiento. Sin embargo, los combatientes y sus familias no olvidan; no pueden olvidar. Por eso, aprovechando que España empieza ahora, más de 70 años después del inicio de la Guerra Civil, a reflexionar sobre esta imborrable parte de su historia más reciente, los del Sáhara vuelven al batallón. "Hay que hacer fuerza sea como sea. Ya son demasiados años sin que nadie nos haga caso", comenta Vicente Penadés. Su tono de voz, entre la resignación y el enfado, aún se muestra contundente y firme, a pesar de años y años de deambular por las diferentes administraciones. Este excombatiente lamenta que, desde la aprobación de la Ley de Memoria Histórica el 28 de octubre de 2007, no se haya emprendido ninguna acción por parte de las autoridades. De hecho, durante el debate legislativo en el Congreso, sólo CiU y ERC pidieron una compensación económica para los alistados en la campaña de Sidi Ifni y el Sáhara entre 1957 y 1960. Recompensa moral Como si aún estuviese en el frente, no es el dinero lo que más motiva a los miembros de la asociación. "Creemos que hay que recordar lo que hicimos", dice Penadés con rotundidad. Largo silencio. "Simplemente, nos gustaría sentir que nuestro padecimiento durante cinco meses sirvió para algo". Esta es la "recompensa moral" a la se refiere Vicente durante la conversación. Con este , Vicente se refiere a las circunstancias en las que se produjo el fin del conflicto. Aquel territorio que el régimen de Franco presentaba como parte de España, desde cinco siglos atrás, fue "devuelto" a Marruecos con una simple firma. Aquella con la que se zanjó el acuerdo entre Estados Unidos, Marruecos y España en la ciudad de Citra (Portugal). Al igual que cuando desembarcaron en el puerto de Valencia, después de cinco meses por el desierto del Sáhara, los excombatientes también aguardan ahora . Por el momento, ya han iniciado los primeros contactos con cargos del PP - "porque son los que gobiernan aquí en la Comunitat", explica Vicente la decisión de la asociación-para que "nuestra peripecia no se quede en el aire". Como en todos los conflictos bélicos, en la campaña del Sáhara se disparó. No fueron los únicos sonidos de esa guerra. También se escucharon los lamentos de los compañeros del batallón. "Las víctimas, tanto se pueden contar por centenares, entre fallecidos, heridos y desaparecidos", recuerda. Sin embargo, apenas se habló de la contienda en el Sáhara una vez que las tropas españolas se hubiesen retirado de la zona y dejaran el territorio en manos de Marruecos. En el palacio del Pardo, Franco parece que llegó a la conclusión de que aquellos fortines eran indefendibles. "De todo ello nos hemos enterado tarde y poco a poco. Durante años, no es que no se dijese ninguna mentira, es que simplemente no se dijo absolutamente nada". Hoy por hoy, basta con coger un manual de Historia para comprobar que el episodio de Sidi Ifni queda relegado a una o dos imágenes del desembarco en España y de algún momento, no demasiado esclarecedor, del combate en el frente. Cuando se le pregunta a Vicente a qué cree que se debe el silencio que sepultó al batallón de Sáhara bajo las dunas, vuelve a responder sin dudarlo un instante. "A Franco, no le interesaba". Nueva pausa para la reflexión. "Aquello terminó como terminó", puntualiza sin dejar de recordar la "impotencia" que sintió cuando vio subir la bandera de Marruecos en el territorio por el que tanto había luchado. ¿Y ahora? "Hay demasiados intereses políticos. Marruecos continua siendo un país estratégico". Así sin titubeos. Del Sáhara les obligaron rendirse; pero su regreso a las trincheras esta vez merece la victoria.
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