Valencia estrena el vuelo sin escalas a Nueva York

El Boeing 757 200 apareció a toda velocidad por la pista y la terraza entera de la terminal de pasajeros de Manises prorrumpió en aplausos. Pasaban 10 minutos de las 11 de la mañana de ayer. Era el momento deseado. La primera vez en la historia que un avión de línea regular partía desde suelo valenciano y se dirigía, sin escalas, al otro lado del Atlántico, hacia uno de los aeropuertos más importantes del mundo: el John Fitzerald Kennedy de Nueva York. Quedaba así inaugurada la ruta que cuatro veces por semana cubrirá la compañía Delta entre Valencia y una de las principales urbes del mundo. Al menos hasta diciembre.

Pocos minutos antes, el aparato había recibido su bautismo. El agua no procedía del Jordán, sino del Turia, y los oficiantes eran los bomberos. Dos camiones contra incendios formaron un arco de agua con los cañones mientras el avión se dirigía a despegar.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, acompañada por la consellera de Turismo, Angélica Such, rezumaba orgullo. No podía ocultar su satisfacción. Acababa de calificar la jornada como «un día histórico» y el avión de 174 pasajeros encaraba la travesía del océano Atlántico.

«En ese vuelo no sólo viajan personas. También oportunidades, esperanzas, expectativas. Valencia y Nueva York están más cerca que nunca», dijo la alcaldesa.

Impacto económico

Barberá indicó que desde el 2000 Valencia es la tercera ciudad europea en la que más ha crecido el turismo norteamericano, que generó un impacto económico aproximado de 33 millones de euros durante el año pasado, «cifra que esperamos pueda duplicarse con este vuelo que inauguramos».

La alcaldesa hizo referencia también durante su intervención a las oportunidades de negocio que ofrece la ciudad del Turia para los norteamericanos, a Feria Valencia y al Palacio de Congresos.

Barberá no dudó en recordar una efemérides: en 1909 el piloto Juan Oliver protagonizó en Paterna, con ayuda económica del Ayuntamiento de Valencia, el primer vuelo a motor de España; 100 años después, el comandante Paul Mondor pilotaba el avión que unía Valencia y Nueva York.

El recorrido entre la populosa urbe y la ciudad del Turia, en realidad, se había inaugurado de facto antes, pero a la inversa. Minutos después de las seis de la mañana, cuando Valencia aún estaba adormilada y el sol empezaba a asomarse por el Mediterráneo, aterrizaba en Manises, con 60 minutos de antelación, el avión procedente de Nueva York.

Dos jóvenes ataviadas con el traje regional agasajaron a los viajeros que habían partido el día anterior a las 17 horas (horario de la costa este norteamericana) desde el aeropuerto JFK. El viento de cola les empujó hacia Valencia.

Tres horas y cuarto después, se celebró el acto oficial de esta nueva conexión aérea. Parlamentos y corte de cinta. Sobre el estrado, presidido por una Senyera, una bandera de España, las barras y estrellas de EE. UU. y la enseña de la Unión Europea, la alcaidesa Barberá, la consellera de Turismo, el vicepresidente de Delta para Europa, Frank Jahangir, y el cónsul de EE. UU. para la Comunitat, David Nordlund.

El representante de la aerolínea afirmó que era una satisfacción «poder presenciar el despegue del primer vuelo directo entre Valencia y Nueva York, que nos convierte en la primera compañía en unir la región y los Estados Unidos».

Valencia es la cuarta ciudad española en la que Delta opera un vuelo regular con Nueva York. En el aeropuerto internacional neoyorquino se pueden realizar más de 50 conexiones y dirigirse, por ejemplo a Orlando, Boston o Atlanta. «El vuelo propiciará la llegada de visitantes deseosos de aprovechar las oportunidades de negocio de la región», dijo Jahangir.