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Cientos de muertos en Perú tras anular un gol el árbitro de un partido de fútbol

Fue la mayor tragedia humana ocurrida en un campo de fútbol y en el deporte en general. Ocurrió el 26 de mayo de 1964 en Lima y hubo más de 500 víctimas

Vicente Lladró

Sábado, 24 de mayo 2014, 21:57

Fue la mayor tragedia humana ocurrida en un campo de fútbol y en el deporte en general. Ocurrió el 26 de mayo de 1964 en Lima y hubo más de 500 víctimas, de las que murieron 318.

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Perú y Argentina disputaban un partido clasificatorio para las olimpiadas que tendrían lugar en octubre de aquel año en Tokio. Ganaba Argentina por uno a cero y, faltando seis minutos para el final, empató Perú, pero el árbitro, el uruguayo Ángel Eduardo Pazos, lo anuló al estimar que el delantero peruano había cometido falta previa. De inmediato, parte de los 45.000 espectadores se lanzaron al terreno de juego. La policía recibió orden de frenar altercados y actuó con perros y gases lacrimógenos. Miles de personas se agolparon ante las puertas del estadio, que estaban cerradas, y varios cientos sufrieron aplastamientos y arastres en medio de aquella situación caótica. Quienes peor lo pasaron fueron los más débiles, niños y mujeres sobre todo.

En un principio se habló de más de 350 muertos; luego, que rebasarían el medio millar. Finalmente fueron 318 las víctimas mortales y varios cientos de heridos. Abrumado por los sucesos, el jefe de policía que dirigió el operativo se suicidó, y, para terminar de complicarlo, el árbitro declaró que quizás hubiera sido válido el gol, lo que encrespó más los ánimos. La delegación argentina tuvo que refugiarse en la embajada, bajo protección diplomática.

Como ocurre en este tipo de situaciones, delincuentes y alboratodares agazapados aprovecharon para actuar a sus anchas, escudados en la multitud. Más de mil coches fueron robados y varias decenas resultaron incendiados, así como muchas casas y una fábrica de neumáticos. Las instalaciones del estadio fueron arrasadas y los incidentes se reprodujeron durante varios días.

El presidente de Perú, Fernando Belaúnde Terry, decretó cinco días de luto nacional y suspendió las garantías constitucionales durante un mes para facilitar las investigaciones.

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