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Jose Forés Romero
Viernes, 12 de septiembre 2014, 17:36
Una ciudadana alemana residente en la Lloma del Castañar señala al corazón del parque natural del Montgó, justo en el conocido como camí de la Serpeta, junto a los molinos. «Allí empezó el fuego, a las cuatro de la tarde más o menos». Lo cierto es que en la parte de la Lloma del Castañar o en la Torre del Gerro, se puede considerar como un milagro que las casas no se convirtieran en pasto de las llamas. «Los arboles que rodean la casa se han quemado, pero la casa está intacta. Hemos tenido suerte», cuenta Danielle, una suiza que respira ahora tranquila con su marido, tras haber visto peligrar su residencia.
Su regreso a las viviendas tras pasar la noche en el polideportivo de Dénia o en hoteles de la localidad venía marcada por la tensión de no saber qué se iban a encontrar a su vuelta. Y es más, a escasos veinte metros de estas casas, una especie de albergue y un chalet si fueron alcanzados por el fuego.
En el criminal itinerario que siguió el fuego tras su inicio, el cabo de San Antonio se llevó la peor parte. El verde que poblaba este bello paraje daba paso a un funesto color ceniza que incluso llegaba a acercarse al puerto de Xàbia y a su club naútico. «Mis padres tienen una casa en las Planas, y gracias a que mi hermano tiene una excavadora, pudo abrir una zona de bancales para que salieran mis padres y los vecinos, porque no podían salir por la zona habitual», relata una mujer de Xàbia. Zonas escarpadas y barrancos de complicado acceso eran vigilados y atacados esta mañana por los miembros de la Unidad Militar de Emergencias y bomberos desplazados para evitar que las llamas revivieran y alcanzara esas instalaciones y las viviendas que llenan la cuesta de San Antonio.
Allí tuvieron que ser desalojados decenas de chalets y en otros cercanos al fuego, como en la Caleta, sus propietarios permanecieron sin que el posible peligro que corrían sus vidas les preocupara lo más mínimo. «Yo me dormí muy tranquila, vamos que si morimos, con las botas puestas, estamos muy tranquilos», afirma María, una catalana de vacaciones por la Marina.
Se trata sin duda de todos los incendios que ha sufrido este parque , uno de los más virulentos y dañinos para la fauna y flora del Montgó.
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