«Aquí no tengo miedo; en Ucrania, sí»

«La nena escuchó un helicóptero y se asustó. Otro día hubo cohetes en la calle y tuvimos que decirle que todo estaba bien». El relato de Rosa, madre de acogida tanto de Alona como de Anastasia, dos niñas ucranianas que han llegado a Valencia gracias a la Fundación Juntos por la Vida, estremece. Casi 50 niños acudieron este domingo a San Antonio de Benagéber a una jornada de convivencia y todos ellos, y sus familias, tienen historias similares. «Aquí no tengo miedo. En Ucrania, sí», dice Anastasia.

Más de 200 personas, entre adultos y menores, han acudido a este encuentro en el que ha habido juegos, actividades y paella para todos ofrecida por Paellas por la Paz, así como un gran mural colaborativo donde se han dejado las huellas de las manos y los deseos de paz. Finalizaba de forma muy emotiva con el himno de Ucrania que ha entonado Olga, una cantante ucraniana, junto con los niños y niñas que están pasando este verano en la Comunitat Valenciana.

Rebeca acoge en su familia a Antón, de 9 años, de Ivankiv. Dice que es su primera experiencia como familia acogedora. «Es más enriquecedora para nosotros. Son dos meses que son difíciles de borrar lo que han pasado, pero están viviendo unas cosas nuevas que espero les queden grabadas, para que puedan volver con mas fuerza», explica Rebeca. Cuenta que Antón, el primer día que vio una avioneta volando, se paralizó: «Nos explicó como pudo, en ucraniano y con gestos, que había visto armas y amputaciones y que en su pueblo habían caído misiles aunque su casa está bien. La primera noche, mi hija me dijo que estaba en el suelo, acurrucado durmiendo debajo de la cama. Pero a a partir de ahí, borrón y cuenta nueva y uno mas. «Ahora esta relacionándose con otros niños y él ha dicho que en septiembre le costará volver», indica.