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Cajas con escobas, haraganes, recogedores, cubos... han llenado estos locales en los últimos días. LP
Bazares, allí donde se adquiere la solidaridad

Bazares, allí donde se adquiere la solidaridad

Estos negocios, muchos de ellos gestionados por la comunidad asiática, han sido los más rápidos en suministrar de escobas, guantes y cubos a afectados por la DANA y voluntarios

Noelia Camacho

Valencia

Viernes, 15 de noviembre 2024, 00:19

«¿Tenéis palos de escoba?». Es una pregunta que se ha repetido en numerosas ocasiones en los bazares valencianos durante los últimos días. Estos establecimientos, en su mayoría gestionados por la comunidad asiática, han vuelto a demostrar que están atentos a las necesidades de los valencianos. Raudos y veloces llenaron sus locales de escobas, recogedores, guantes, haraganes (ahora hemos descubierto el nombre de estos instrumentos, a los que la RAE define como «utensilios para fregar el suelo que constan de un palo horizontal con una goma y de un palo vertical con el que se maneja») y se han convertido en los centros donde muchos de los afectados –los que se han podido desplazar–, voluntarios y esas personas que querían donar aquello que se necesitaba han adquirido la mayoría del material para limpiar viviendas y bajos y sacar el barro y el lodo de los hogares.

De repente, estos locales en los que casi se puede encontrar de todo, se han llenado de cajas repletas de guantes, por poner un solo ejemplo, tan necesarios para aquellos que están en contacto directo con la suciedad que ha dejado la riada. Pero también de grandes escobas, de cubos, de recogedores, de palos que sirven para reponer otros que se han roto por la fuerza para retirar el lodo y el fango. Además, los grandes almacenes donde se nutren estos negocios vieron enseguida qué era lo que urgía (situados la mayoría en grandes polígonos y zonas industriales). Así que, pusieron sus redes a trabajar para traer a Valencia todo lo necesario para limpiar.

Algunos de estos negocios en las zonas afectadas han sufrido los daños por la DANA. IVÁN ARLANDIS

Y a muchos de estos locales han acudido los voluntarios que, cruzando pasarelas y puentes, con botas llenas de barro, se han desplazado en los últimos días a localidades como Paiporta, Aldaia, Catarroja, Benetússer... y tantas y tantas otras de l'Horta Sud de Valencia que han sufrido la devastación más dura. Bastaba ver lo que hacía falta para acudir al bazar a comprarlo.

Si bien es cierto, algunos de estos negocios también han sufrido la devastación al estar en los municipios anegados por el agua. Es el caso de uno situado en la localidad de Sedaví, en el que Vicente, su mujer y empleados del negocio limpiaban todo el barro que inundó el bazar. Pero incluso en la devastación más absoluta, surge la solidaridad. Porque los dueños de este local en Sedaví no sólo intentaron dejar limpio el espacio sino que antes, todo el material que servía, incluido sobre todo el que se podía utilizar para devolver las casas y los negocios a su imagen habitual, fue donado a los vecinos de la zona.

Algunos de estos establecimientos también han sido arrasados por la riada al estar en las zonas devastadas

«Queremos ayudar», es lo único que se le puede arrancar a los propietarios de estos establecimientos, muy reacios a hacer publicidad de este tipo de acciones. Además, en muchos de estos bazares no sólo han vendido y han hecho negocio. Algunos podrían pensar que es eso lo que han hecho gracias a la visión comercial que siempre han demostrado. No obstante, la solidaridad emergía en ellos porque en muchos no sólo se abonaba la compra sino que los mismos empleados preguntaban a sus clientes si necesitaban mascarillas –sobre todo a aquellos que veían manchados o de los que sospechaban que eran afectados que adquirían todos esos productos para recuperar sus hogares–. Ellos regalaban para salvaguardar a estos clientes de posibles infecciones mientras limpiaban. Así, en la bolsa llena de esas escobas, haraganes o cubos dejaban caer uno o dos paquetes de esos tapabocas que nos devuelven a tiempos del covid.

Precisamente, como en esos momentos de pandemia, los bazares se han llenado de aquellos objetos y elementos esenciales para intentar volver a la normalidad. Han corrido a los almacenes y han hecho acopio de productos que, en grandes superficies, por poner otro ejemplo, se habían terminado. También han apostado por precios que no fueran disparatados y, además, –y como ha dejado constancia muchos usuarios en las redes sociales– han llegado a hacer descuentos a los clientes que, en su afán por ayudar o donar materiales, se han dejado grandes cantidades de dinero en estos comercios.

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