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La plantación de 45.000 plantas en El Saler desde el inicio de las obras de regeneración del litoral hace varios lustros tienen un resultado cada vez más visible. La mancha verde se ha consolidado en el litoral, bien en las dunas o en zonas más traseras, a lo que ha contribuido el cierre de varios cordones dunares con estacas y gruesas cuerdas para evitar el pisoteo.
El concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, destacó que los últimos cuatro años se han invertido 75.000 euros en este tipo de actuaciones, junto con la colocación de cartelería. El resultado ha sido bueno, anulando los atajos que había entre las dunas para llegar a la orilla del mar y fomentando el arraigo de miles de plantas.
Eso sí, el edil recordó el «efecto sombra» que produce el puerto, lo que agrava la erosión natural producida por otros factores. En muchas zonas de El Saler se está todavía lejos de los 45 metros de anchura que se consideran mínimas para un cordón de seguridad del litoral.
«Las actuaciones de regeneración dunar se han centrado en estos últimos años en la colaboración con la Demarcación de Costas facilitando las plantas para la fijación de los cordones dunares», dijo. Además de las 45.430 plantas citadas, también se han aportado 15.672 esquejes y 43.959 semillas, todo procedente de los viveros municipales.
Costas se han encargado de la zona de la Creu en la Devesa y la desembocadura de la gola de El Perellonet. Junto a esta actuación se han llevado a cabo tareas de eliminación de alóctonas en las dunas de esta segunda playa, señaló el edil. «Es destacable la experiencia de fijación de la arena en el tramo de playa de Pinedo, con la finalidad de crear embriones dunares capaces de retener e impedir que llegue al paseo marítimo. Esto está funcionando muy bien», aseguró.
El cierre de las dunas tiene más beneficiarios, en concreto el chorlitejo patinegro, una especie de pájaro que anida en la arena. «Hemos cerrado las dunas de primera línea de la playa de la Creu y colocado carteles informativos», apuntó. Una protección similar se ha realizado en las zonas de Reserva del Muntanyar de la Rambla y del Pujol.
Campillo aseguró que se trata de un «ecosistema muy frágil, expuesto a unas condiciones ambientales muy duras y sometido a una fuerte presión antrópica que hace peligrar en muchas ocasiones su existencia. De ahí que la ordenación de su uso público sea primordial».
«El pisoteo, en ocasiones, supone un cambio en la composición y la estructura de la vegetación favoreciendo a las especies adaptadas a este pisoteo que adoptan formas de resistencia, generalmente a favor de plantas de ciclo anual en detrimento de otras, lo que causa una pérdida de riqueza de especies», añadió, por lo que afirmó que «estos cambios tienen repercusión en el resto de la comunidad animal que depende de ellas para subsistir».
El concejal dijo por último que el tránsito de usuarios a través de las dunas causa molestias directas a la fauna que pueda estar utilizándolas para la reproducción o el descanso, durante la época de cría, la migración o la invernada, deteriorando las condiciones del entorno para la supervivencia de estas especies. «Entre las especies directamente afectadas se puede citar al chorlitejo patinegro», reiteró.
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