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Algunos de los restaurantes afectados por la retirada de terrazas, este viernes. D. Torres
Hosteleros de Pinedo y El Saler quitarán las terrazas para negociar otra concesión

Hosteleros de Pinedo y El Saler quitarán las terrazas para negociar otra concesión

Los conocidos como chiringuitos de la playa piden a Costas desde 2016 una renovacióndel permiso para los próximos 30 años

Viernes, 30 de agosto 2019

Las ocho empresas que regentan otros tantos restaurantes en las playas de Pinedo y El Saler derribarán las terrazas de sus establecimientos antes del próximo 9 de septiembre. Es la única manera de conseguir una nueva concesión para los próximos 30 años, indicaron fuentes próximas a la negociación.

La decisión de los hosteleros ha sido de común acuerdo con la Demarcación de Costas, precisaron las mismas fuentes, mientras que desde la Delegación del Gobierno ratificaron que no se ha procedido a notificar ninguna orden de desmontaje, más allá de una visita de inspección a los locales.

«Se trata de establecimientos que cuentan con una concesión para la ocupación de dominio público marítimo-terrestre cuyo plazo ha vencido, por lo que se está tramitando la solicitud de prórroga de acuerdo con la normativa de Costas», dijeron. Esto último obliga al desmontaje de las terrazas, que podrían volver a ser instaladas cuando se regularice esta situación. «De lo contrario no se entendería nada porque son esenciales para nuestro trabajo», comentaron los hosteleros.

La Demarcación hará una inspección el próximo día 9, cuando se prevé que ya esté todo retirado

Los hosteleros trabajan con una autorización desde 2015 y 2016, dependiendo de los casos, y desde entonces negociar la citada concesión. Las terrazas no están incluidas en este permiso, precisaron, pero Costas sí cobra el canon por ellas.

La amenaza de desmontaje de las terrazas ya supuso un enfrentamiento entre los empresarios de Malvarrosa, Pinedo y El Saler hace unos años. Las mismas fuentes precisaron que los hosteleros han cumplido todos los requisitos pedidos en la legislación, tanto en la antigua como en la nueva Ley de Costas.

Los locales tienen una superficie de unos 250 a 300 metros cuadrados, mientras que las terrazas se extiende sobre 150 metros cuadrados, lo que da idea del perjuicio que sufrirán las empresas por la reducción de mesas y sillas. Además, al ser establecimientos de playa, lógicamente la mayoría de clientes prefiere estar al aire libre.

Se da la circunstancia de que la nueva concesión puede incluir las terrazas, con lo que el desmontaje sería temporal. «No entendemos esta decisión», precisaron sobre una petición que ya les fue transmitida en mayo y consiguieron paralizar.

«La Demarcación de Costas debe realizar una visita de inspección para comprobar estos extremos (en cuanto a si cumple la legislación actual). En ese proceso, algunos de los establecimientos, que habían sido advertidos de que tenían excesos de ocupación respecto a lo contemplado en la concesión, deben adecuar sus instalaciones», indicaron.

Las empresas no han recibido una notificación, pero el desmontaje es la única vía para la concesión

«También se ha solicitado un informe a la Generalitat por encontrarse algunos de estos locales en un espacio natural protegido de competencia de esa Administración. Se está a la espera de recibir ese informe», apuntaron en referencia a los dos situados en la playa de El Saler. «El procedimiento administrativo de las prórrogas sigue en marcha y por tanto no se ha producido ninguna resolución al respecto».

En los restaurantes de Pinedo, mientras, se mueven entre las dudas y el temor de que la decisión suponga una reducción importante de las mesas disponibles, de los ingresos y, por tanto, del personal que trabaja en cada local. Los hay que prefieren no opinar hasta que no reciban una notificación oficial, pero otros, como El Velero o el Llar d'Empar, se muestran contrarios a una decisión que les afectará seriamente de cara al año que viene.

Medida absurda

En el primero de estos restaurantes, por ejemplo, trabajadores del mismo tildan la medida de «absurda»: «Hay espacio de sobra para pasar, tanto por los lados como por el mismo paseo marítimo». En este establecimiento comentan que si tienen que quitar la terraza, perderán unas 30 mesas en cada servicio durante los fines de semana. Gracias a la ocupación de la vía pública, consiguen doblar el aforo de su restaurante. En El Velero, los trabajadores aventuran que casi la mitad del personal tendrá que dejar de trabajar en el local. «Cinco o seis familias se van a la calle si al final nos prohíben tener terrazas», explican.

Es la misma sensación que deja entrever Vicente Sanjulián, del Llar d'Empar: «Sin las terrazas estamos encerrados en cuatro paredes y la mitad del personal se tendrá que ir». Sanjulián comenta que en ocasiones, la terraza está llena mientras que dentro del local «no hay nadie». El veterano hostelero pone como ejemplo Málaga o Palma de Mallorca donde, dice, los chiringuitos «están sobre la misma arena».

Los clientes de los restaurantes de la playa de Pinedo tampoco entienden la decisión. «Si van a recoger firmas, yo firmo», comenta una comensal de uno de los establecimientos. «No entiendo por qué aquí hay que quitar las terrazas, que están lejos de la arena, y en Valencia ciudad no pasa nada», indica Miguel, que toma el aperitivo en una de las terrazas que desaparecerán a principios de septiembre.

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