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Miércoles, 7 de febrero 2018, 22:28
El Lago de la Albufera se constituye como una superficie de veinte mil metros cuadrados situada a 1 km de distancia del municipio de Anna. Desde mediados del siglo XX el entorno del estanque se ha convertido en un paraje natural que, sobre todo en verano, se ve muy concurrido por las múltiples posibilidades que ofrece. Tan agradable paraje se encuentra ligado a una leyenda protagonizada por el conde de Cervelló, señor territorial de Anna. Esta cuenta que, tras una jornada de caza en la que participaban un grupo de caballeros de la Capital, la pieza mayor huyó a refugiarse en la espesura del bosque que rodea la Albufera. El conde, acompañado por su criado, corrió tras el animal y lo encontró refugiado en una cueva que, anteriormente, no había visto nadie. Sumergidos en la curiosidad, descubrieron que el agua era distribuida por diversas conducciones que alimentaban todos las fuentes del término mediante un sistema de compuertas. Abrumado por la situación, el conde Cervelló decidió guardar silencio, para proteger su señorío de posibles desavenencias. De este modo, ordenó a su criado tapar con piedras y barro la entrada de la cueva y guardar en secreto el descubrimiento. El criado cumplió sus órdenes y todo quedó olvidado para siempre.
Texto: Clara Alfonso | Foto: Ayuntamiento de AnnaIncrustado en la ladera rocosa de una montaña, algo que parece estar suspendido en el aire. Así es el Santuario de la Virgen de la Balma en Zorita del Maestrazgo. Este lugar, esconde entre sus paredes leyendas de exorcismos e historias de sanaciones a gente "poseída". Alardo Prats y Beltrán (1903-1984) dejó constancia escrita de lo aquí pasaba en su libro-reportaje 'Tres días con los endemoniados. La España desconocida y tenebrosa'. Este periodista cuenta cómo vivió los rituales tenebrosos de exorcismo que permitían la curación de los endemoniados, la mayor virtud de la Virgen de la Balma. De todo aquello, vivido hasta acabada la Guerra Civil, pocas cosas quedan. Relatos escritos por periodistas de la época que coinciden con lo contado por Prats, fotografías de testigos presenciales y lo más impactante, una habitación llena de objetos que reproducen partes del cuerpo humano. Los restos de cabezas y extremidades de cera de los exvotos en agradecimiento de los familiares de enfermos que la virgen había sanado y que han quedado custodiados en una habitación cerrada desde que en 2009 los familiares de aquellas personas denunciaran la publicación de fotografías en los medios de comunicación.
Texto: Gracia Morant | Foto: G. M.Símbolo icónico de la Comunitat, Peñíscola guarda entre su bullicio turístico, un bastión histórico dispuesto sobre la cima de un peñón. Un castillo templario reconvertido en palacio pontificio por su regente más conocido, el Papa Luna. "El Castillo del Mar", como se le conoció durante algunos años, dio cobijo entre sus murallas a Benedicto XIII, quién pasó en esta fortaleza sus últimos años, entre 1411 y 1423. Hasta allí llegó presa de sus miedos, huyendo de sus enemigos. Muchas son las leyendas que rodean el castillo, entre ellas una que habla del gran acoso y persecución que sufrió -incluso se dice que logró sobrevivir a un envenenamiento con arsénico- que se construyó, en tan solo una noche, unas escaleras que conducían al mar. Según la leyenda, en una de sus huidas, perdió el anillo papal y un códice imperial de los tiempos del emperador Constantino, cuyo interior albergaba un secreto eclesiástico. Con su muerte, nada se supo de aquel códice secreto que tan bien guardado estaba por los papas, y que albergaba un gran enigma.
Texto: Gracia Morant | Foto: Ayuntamiento de PeñíscolaMuchas son las huellas del paso musulmán por tierras valencianas. Una de ellas es la Torre de la Calahorra en Elche, una fortaleza de origen islámico construida durante el periodo almohade. Este castillo albergó la logia masónica ilicitana número 149 y, actualmente, en sus salas se puede contemplar los frescos y en el suelo símbolos de la orden. Pero no son estos símbolos los únicos que suscitan esconder historias secretas. Sobre la de Calahorra ronda la leyenda de las mil lunas del pirata Ben Tragel. Allá por el siglo XIV, el corsario Ben Tragel llegó a la ciudad y desató el terror entre los vecinos. Tras saquear, atracar y asaltar, se encontró una luz celestial que lo guió hasta la Torre de Calahorra, donde fue apresado. Y, curiosamente, fue aquí, en este rincón del Mediterráneo donde encontró la penitencia. Contra todo pronóstico, este corsario que rezaba por Alá, que pasó más de diez años encerrado en las mazmorras, con tan solo la compañía de esa mujer que solo él podía ver y que no podía abrazar, se bautizó en la fe cristiana y ante todos los presentes reveló que aquella imagen celestial que le había acompañado hasta allí era la Virgen de la Asunción.
Texto: Gracia Morant | Foto: Ayuntamiento de ElcheDomeño Viejo no es realmente un pueblo. Se trata del territorio donde se encontraba originalmente la localidad valenciana Domeño, a unos 30 kilómetros de la disposición actual, antes de la construcción del embalse de Loriguilla en 1979. Los habitantes de este 'viejo' municipio se vieron obligados a abandonar sus casas debido al alto riesgo de inundaciones que suponía la construcción del pantano. En la actualidad nada queda de los edificios locales que observamos en la fotografía tomada en 2001. Un castillo musulmán, un gran salto de agua y el cementerio fue lo único que quedó en pie después de su total derribo. Y es justo este camposanto el protagonista principal en esta localidad abandonada. En diversos blogs dedicados al estudio de hechos paranormales cuentan que la forma física de este cementerio ha sido alterada por la sucesión de diversos rituales satánicos. Hasta allí se siguen acercando escépticos curiosos que no dejan pasar la oportunidad de alimentar viejas creencias de fantasmas y seres del otro mundo.
Texto: Gracia Morant | Foto: Javier PeiróBocairent es uno de los pueblos más impresionantes de la Comunitat. Cada uno de los rincones de esta localidad valenciana relatan sus propias historias, muchas talladas sobre la propia roca. Les covetes del moros es una. Cientos de cavidades, unas entre ellas con pasadizos, excavadas en la misma montaña, en el Barranc de la Fos. Unas cincuenta ventanas que se observan a tan solo 300 metros al norte del núcleo urbano medieval de Bocairent. Las interpretaciones de estas cavidades han sido muy diversas, a través del tiempo, y difíciles de datar, por falta de materiales arqueológicos. De los diferentes estudios realizados se desprende que se trataba de graneros-almacenes de seguridad, realizados en época andalusí (hispano-árabe), que servirían a determinadas comunidades campesinas de las proximidades, muy probablemente de ascendencia bereber. En este sentido, se trataría de un modelo de granero trasladado del norte de África (los tazaghin del alto Atlas, por ejemplo).
Texto: Gracia Morant | Foto: Ayuntamiento de BocairentEntre Villena y Sax se esconde un rincón misterioso. La colonia de Santa Eulalia, lugar de grabación de algunas escenas exteriores de la serie de Canal 9 l' Alquería Blanca. Lo que en antaño era "rica hacienda rural" que rebosaba de vida con un gran palacio, viveros, estación de ferrocarril, lavadero, varias fábricas y hasta el Teatro Cervantes, ahora es un lugar preso por las leyendas e historias de miedo. Un terreno que permanece en un lamentable abandono. La periodista Mado Martínez destaca en su artículo 'Los espectros de Santa Eulalia' que "hoy en día muchos de sus edificios más emblemáticos, como el Teatro Cervantes, la antigua fábrica de harinas y el palacio de los condes, se encuentran en la más absoluta de las ruinas. El abandono se deja notar". Como cuenta Martínez en su artículo, a finales del siglo XIX nació esta "microciudad autosuficiente en mitad del campo" del legado de Antonio de Padua Saavedra, conde de Alcudia, y la ayuda del vizconde de Alcira y su esposa María Avila Peña. De hacienda próspera bajo la titularidad de María Avial pasó a ser una gran fuente de deudas y ahora un lugar preso por las psicofonías y los seres fantasmales.
Texto: Gracia Morant | Foto: R. BernabéuHabía una tradición en Navajas en la que cuando dos jóvenes estaban a punto de casarse tenían que someterse a una peligrosa prueba. La pareja acudía a la zona en la que el río se estrecha. Allí la chica saltaba de una orilla a otra. Si conseguía el reto, implicaba que el matrimonio sería próspero y lleno de felicidad. Si se caía, el destino les depararía la infelicidad. Pero en una ocasión, la joven calculó la distancia mal y cayó siendo atrapada por un remolino de agua. El novio saltó para salvarla y se ahogaron ambos. De esta leyenda viene el nombre de 'El Salto de la Novia'.
Texto: Clara Alfonso | Foto: Ayuntamiento de NavajasLa Roca Grossa de Vilafamés. En mitad del pueblo, dando la bienvenida de camino al casco antiguo, está la Roca Grossa. Un particular Monumento de Interés Local de más de 2.000 toneladas que se ha convertido en un gran reclamo turístico. Muchas leyendas hablan sobre el procedimiento de esta mole con una inclinación de 34 grados sobre el estrato, pero una de las historias más curiosas es la que da nombre a los habitantes de Vilafamés. Cul Roig se les llama, ¿por qué? Cuentan que hace muchos años, los vecinos del pueblo decidieron trasladar los edificios, asentado sobre el monte, hasta un terreno más llano. El método empleado, atarlos con fuertes cuerdas y tirar de ellas. Pero, rozaron con la Roca Grossa que se encontraba a medio camino y resbalaron en el barro rojizo, con tan mala pata, que cayeron sentados sobre el fango y se ensuciaron las posaderas.
Texto: Gracia Morant | Foto: LPEl paso morisco marcó las tierras de la Comunitat para siempre. En Guadalest, una pequeña localidad de la provincia de Alicante, resisten los restos de un viejo castillo musulmán. Según cuenta la leyenda, en el Castillo de Guadalest vivía Ezme, una mujer mora y curandera que era conocida por su virtud en la elaboración de medicinas y ungüentos. La curandera era perseguida y vigilada por la Inquisición. Su marido era Mellini, el molinero del poblado, quien sentía un odio profundo hacia los cristianos. Cuando recibieron el edicto y se vieron obligados a abandonar el castillo, organizó un levantamiento y una nueva revolución. Mientras pasaba por diferentes pueblos, como Finestrat, Valle de Seta o Planes, fue reclutando hombres y creando un ejército que cogió fuerza a medida que se fue acercando al Valle de Laguar. Según antiguos escritos, los moriscos que se instalaron en la Valle de Laguar fueron engañados por dos Alfaquíes, admirados y reverenciados por los mismos, que supuestamente les habían contado otra leyenda...
Texto: Clara Alfonso | Foto: Ayuntamiento de GuadalestLos montes de la Serranía son testigo de la historia de amor entre Tanik y Alba. Cuenta la leyenda que una noche de lluvia, entre las inmediaciones de Chiva, Chera y Gestalgar, el joven soldado, a las órdenes del rey morisco Zayaá, y su amada se refugiaron en una casa próxima al Barranco de la Hoz, donde vivía una bruja. La mujer, que vaticinó la muerte precoz de Tanik, le ofreció a la muchacha la posibilidad de volver a la vida a su amado. La condición, tomarse una pócima que debía contener tres lágrimas derramadas por ella misma, en lo alto de la meseta, una noche de luna llena. La joven viuda cumplió paso a paso las indicaciones de la bruja, pero, olvidó las últimas palabras de la hechicera, no mirar fijamente la luz de la luna. Desde entonces, Alba, convertida en peñasco de los montes cercanos a la Marjana, forma parte de este maravilloso paraje montañoso.
Texto: Gracia Morant | Foto: RSalcedo (wikiloc)Cerca de Requena, entre Los Ruices y Los Marcos, se encuentra La Cornudilla, una aldea compuesta por diferentes caseríos que fue abandonada entre finales de los años 50 y principios de los 60. "Desde entonces, el nombre de La Cornudilla está inscrito en la inquietante lista de «pueblos malditos» de España", cuenta la periodista Mado Martínez en su artículo sobre la aldea para la revista Año Cero. ¿Los motivos? Martínez y la investigadora Clara Tahoces visitaron las ruinas de La Cornudilla y entrevistaron a familiares y vecinos de aquellos habitantes. Todos contaban lo mismo. Los cerca de cuarenta residentes de la aldea decidieron abandonar sus casas presos del temor por la repetición constante de extraños sucesos. Unos hechos que persistieron en "la casa del ruido". Martínez relata en su artículo 'La aldea maldita de la Cornudilla' que los lugareños contaban que aquellos que vivieron entre las cuatro paredes de esta casa padecieron casos de poltergeist y escuchaban de manera repetida el sonido inquietante de unas cadenas. Algunas de las historias que rondan este caserío dicen que fueron los 'duendes' quienes provocaron que la casa se deshabitara. Una manera curiosa para explicar lo que allí ocurría.
Texto: Gracia Morant | Foto: LPPublicidad
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