Urgente Dos heridos graves al atropellarles un motorista en la calle Archiduque Carlos de Valencia
El edificio del proyecto, con una parte derrumbada y la otra en pie. Damián Torres

Edificios para sobrevivir a una catástrofe

Un proyecto de la UPV prueba un sistema para evitar que las estructuras colapsen por completo ante causas extremas imprevistas

José Molins

Valencia

Viernes, 23 de junio 2023, 18:25

Un desastre natural imprevisto como una gran riada, un terremoto, accidentes como una explosión de gas o incluso un ataque terrorista pueden provocar el ... derrumbe de un edificio, y con él la muerte de decenas de personas. Pero un proyecto de la Universitat Politècnica de Valencia ha logrado probar un sistema en el que la estructura se mantendría en pie pese a sufrir un evento extremo y sólo caería la parte más dañada, salvando el resto.

Publicidad

Se trata del proyecto europeo Endure, formado por un equipo de 12 ingenieros civiles investigadores del Instituto ICITECH de la UPV que este viernes en un polígono industrial de Alberic ha demostrado con éxito cómo se podrían salvar vidas humanas y materiales ante eventos que no se pueden predecir con este sistema que han ideado. Han estado dos años preparando el estudio y en el último año y medio han trabajado sobre el terreno, en el edificio-probeta que han construido en una parcela de la empresa LIC. Se trata de una construcción de dos alturas de 15x12 metros de planta con 12 columnas que sujetaban el edificio.

Primero han derribado una, y seguía en pie, intacto, cuando lo normal es que hubiera sufrido algún daño. Luego otra. Y de nuevo la estructura seguía en pie. Hasta que a la tercera es cuando se ha venido abajo. Pero sólo se ha caído la parte más dañada. Si no hubiera sido por el sistema realizado en el proyecto, el edificio entero hubiera colapsado. «Ha salido idéntico a como teníamos previsto. Al simular un evento más extremo, con rotura de la tercera columna, colapsaría esa parte pero se propagaría al resto. En cambio hemos conseguido segmentar esa parte y que sólo haya fallado la zona más afectada y no todo el edificio», explica José Adam, catedrático de la UPV y responsable del proyecto Endure.

El triple de carga

El edificio estaba cargado con 8.600 sacos de arena que pesan en total 216 toneladas. «Es el triple de la carga que dice la normativa de cálculo, porque queríamos llegar mucho más allá, probar cómo serían los efectos de riadas, con amontonamiento de escombros, etc. Hemos simulado lo más extremo a lo que puede verse sometido un edificio», dice Adam. En menos de media hora, y con la ayuda de dos máquinas de construcción que han derribado los soportes que sujetaban las columnas, han demostrado que el edificio «está preparado para cualquier tipo de evento que pueda provocar daños en cualquier parte de la estructura, por ejemplo ataques terroristas, deslizamientos de ladera, riadas, impactos de vehículos, terremotos, explosiones, etc. Queremos evitar que ese daño que aparece en una parte afecte a todo el conjunto», apunta el responsable.

Publicidad

La clave de que no se caiga la construcción es lo que los miembros del proyecto llaman «fusible estructural» y que ha permitido este milagro de la ingeniería. «Lo llamamos fusible pero en realidad es un dispositivo que actúa en la última línea de defensa de nuestra estructura. No está desarrollado pero va colocado en las vigas del edificio», explica María Luz Gerbaudo, una de las investigadora de Endure. «Esto permitiría salvar vidas, tener sociedades más seguras y con menos impacto ambiental», añade la joven. «Se ponen en diferentes partes, como vigas y forjados para que pueda segmentar cuando queramos», añade Adam.

El edificio, con las tres columnas sujetas por soportes, antes del experimento. D. Torres

Y no se trata de un mecanismo que necesite una inversión económica potente. «Es un concepto low cost, no es un dispositivo mecánico complicado, sino que se trata de un detalle constructivo. La manera que colocamos las armaduras de acero, cómo colocamos el hormigón. De tal modo que controlamos el posible fallo y permite que ante eventos normales tenga continuidad, no te enteras de que existe, pero cuando ocurre un evento extremo permite separar una parte del edificio de la siguiente», detalla Adam. Así funciona este invento que puede revolucionar la construcción ante cualquier tipo de catástrofes y que se ha creado en Valencia.

Publicidad

«Hemos cumplido el objetivo de que colapsara sólo la mitad de la estructura, el resto del edificio sigue en pie, y esto traería muchas ventajas y seguridad en las sociedades, podemos evitar que haya un colapso progresivo, un efecto dominó y salvar la vida de personas, evitar daños de los materiales, y el impacto ambiental que se produce», asegura Gerbaudo. «Estamos analizando cómo actuar ante eventos imprevistos extremos, porque las normativas aún no llegan ahí y en estos años se van a incrementar por el cambio climático, fenómenos como riadas o desastres naturales», indica la investigadora. «El objetivo es que caiga la mínima parte del edificio, donde haya un fallo que sea muy localizado y no se propague ni genere un fallo desproporcionado, que el resto siga en pie. Sería imposible que ninguna parte colapsara. Queremos que este sistema sea de bajo coste para que se pueda utilizar en la mayor cantidad de edificios posible», dice Gerbaudo.

Justo el instante del derrumbe de la mitad de la estructura. D. Torres

El proyecto ha sido diseñado para que se pueda poner en práctica en edificios considerados de alto riesgo por la cantidad de gente que lo frecuenta, como hospitales, hoteles o aeropuertos. «Estamos en fase de investigación, generando conocimiento y esperamos que al fin del proyecto podamos tener un dispositivo o una metodología de cálculo para llevar a la industria», expresa Adam. «Lo que estamos haciendo es analizar edificios donde incorporaríamos este fusible, tanto para estructuras de hormigón armado como para estructuras metálicas. En un futuro lo vamos a incorporar en obras nuevas pero a lo largo de los años se podrá implementar en obras que ya existen», apunta Gerbaudo.

Publicidad

La puesta en escena del derrumbe ha sido tan perfecta según los estudios que había realizado el equipo que incluso tiene un curioso premio. «Un investigador del grupo ha hecho un trabajo con un sofware muy avanzado y complicado. Le dije que si el modo de rotura del edificio real se parecía en algo al modelo que había hecho le compraba un jamón ibérico. No es que se parezca, es que es idéntico a cómo ha quedado. Incluso el proceso de derrumbe y tal y como está el edificio en el suelo es idéntico, así que voy a comprarle el jamón», bromea Adam.

Aunque el responsable tenía dudas hasta el final. «Era el primer experimento del proyecto Endure y ha salido como esperábamos, pero hasta el último momento ha costado, porque hay mucha incertidumbre en las construcciones, sobre todo cuando empieza ya el colapso y se propaga el daño. Por suerte, tenemos modelos muy fiables, porque hemos representado al 100% lo que esperábamos». El proyecto terminará en 2026 con otro edificio-probeta de hormigón armado y otro de estructura metálica para tener más conocimientos sobre diversos tipos de las construcciones más habituales que existen.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad