Todavía queda mucho trabajo por hacer para recuperar toda la red de carreteras afectada por la DANA, así como las líneas de MetroValencia. La Generalitat trabaja a destajo para recuperar cierta normalidad en la movilidad, mientras plantea soluciones en el corto plazo que tratan de mitigar las consecuencias negativas en la circulación de los ciudadanos.
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En este sentido, la conselleria encargada de MetroValencia ya ha lanzado los llamados 'autobuses lanzadera', es decir, transporte público que trata de emular el recorrido de líneas de metro que conectan Valencia con otros municipios. Todas estas rutas se pueden consultar en sus perfiles de redes sociales o en la web atmv.gva.es. Aunque estos itinerarios vuelven a unir Valencia con localidades como Moncada, Riba-roja o RafelBunyol, la realidad es que el territorio que abarcan es mucho menor.
Si una línea de metro tiene varias paradas por la ciudad o en barrios alejados del núcleo urbano antes de llegar a su municipio de destino final, estos autobuses surgen como alternativa con apenas un par de paradas. Además, la frecuencia de estos autobuses, según la línea, van desde los 20 minutos hasta los 35 entre autobús y autobús. En este sentido, la realidad es que, tanto por tiempo como por distancia a recorrer hasta llegar a la parada más cercana, provoca que muchos trabajadores vean necesario utilizar el coche para acudir a sus puestos de trabajo, lo que genera un efecto dominó.
Otra de las medidas adoptadas han sido las restricciones a la movilidad promovidas por el CECOPI y extendidas como mínimo hasta este jueves, pero las excepciones para poder saltarse la prohibición son tantas que el descenso en el tráfico es mínimo. La cicrulación por el área metropolitana está restringida, sí, pero pueden saltarse la prohibición aquellos que: Asistan a centros sociales y sanitarios, deban cumplir obligaciones laborales e institucionales, tengan que volver a su residencia habitual, deban asistir y cuidar a personas mayores o menores, dependientes, con discapacidad o vulnerables; o situaciones de causa mayor. En este sentido, la realidad es evidente. La reducción de conductores es mínima.
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Patricia Cabezuelo
Lo único que le queda a Valencia ciudad es ser consciente de la situación, y que los ciudadanos que no salen del núcleo urbano aprovechen el transporte público o la bicicleta para no intensificar aún más la circulación. Adaptar sus horarios y cumplir, al fin y al cabo, con las recomendaciones del Ayuntamiento. Valencia vive momentos muy complicados, y son muchos los valencianos que para acudir al trabajo o a estudiar no tienen otra alternativa que utilizar el vehículo particular, creando así el colapso de cada día.
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