La fiscal sostiene que el sobrino de Blasco desvío casi cinco millones con la trama del Hospital General

Las cifras trasladan la magnitud de la trama, siempre según el escrito del ministerio público, facilitado por la Fiscalía General del Estado. La acusación mantiene que el gerente, en su condición de funcionario público, utilizó el entramado societario para el cobro de comisiones. Calcula que las sociedades sin actividad, en el último escalón del grupo defraudatorio, se embolsaron 4,9 millones de euros.

No era esa la única vía de nutrir económicamente a los acusados. También se efectuaban «contratos y facturación ficticia o con la programación de cursos de formación en el hospital a cambio de cantidades que solicitaba a empresas farmacéuticas». Luego estas formaciones no se impartían. Con estos conceptos se facturaron 1,7 millones.

La actividad delictiva no terminaba con estas operativas claramente fraudulentas. La Fiscalía sostiene que también utilizó la fundación del Hospital para «viajes particulares o vinculados a sus negocios en el extranjero». Por esta vía, según los números que maneja la acusación, se fueron otros 43.000 euros.

Y ya, por último, Sergio Blasco «utilizó los ingresos de las sociedades sin actividad» para costear numerosos gastos particulares propios y de sus familiares. Una factura global de 585.000 euros. En estos apartados destacan, por ejemplo, los abonos que efectuaba una empresa por el renting de un Mercedes, pases VIP para el Valencia Basket, viajes a Perú, desplazamientos a China con la celebración de los Juegos Olímpicos de 2008, vacaciones en Costa Rica y una estancia en Las Vegas, en noviembre de 2009. Pero el listado de viajes resulta amplísimo.

El sumario salpica también al hermano de Sergio Blasco, que trabajó durante cuatro años en una de las empresas bajo sospecha. Son hijos de Paco Blasco, hermano del exconseller Rafa Blaso y que, en su día, llegó a la presidencia de la Diputación de Valencia.

En total, quince mercantiles forman parte de la investigación. La trama, tal y como ha informado LAS PROVINCIAS, funcionó a tres niveles. Por un lado, las grandes mercantiles, Out-log, Conectall Systems y Mantenimiento Integrales Turia, empresas solventes y con experiencia en el sector sanitario. En una década (2005-2014) han facturado 33 millones de euros a la Conselleria de Sanidad.

Estos expedientes, según el ministerio fiscal, fueron tramitados con graves y múltiples irregularidades, vulnerando los principios de «legalidad, imparcialidad, transparencia y libre concurrencia en la contratación».

El segundo grupo son microempresas, de dos o tres trabajadores. Logran facturación de las primeras firmas y, a veces, directamente del propio centro hospitalario. «Todas ellas están dirigidas por personas vinculadas personal o laboralmente con Sergio Blasco», indicó en su momento el juez. Y finalmente, en el escalón más bajo, son sociedades que carecen de estructura, pero canalizan ingresos de los estadios superiores de la red.