A. G. R.
Miércoles, 5 de marzo 2025
La Generalitat sigue en su estrategia de exigir a la Confederación Hidrográfica del Júcar más medidas de control sobre los barrancos, una competencia que desde ... el primer momento atribuyen de manera directa al órgano del Gobierno. Fuentes del Gobierno valenciano han alertado de que la gestión de este temporal por parte de la CHJ está siendo otra «chapuza», lo que resta «credibilidad» al citado organismo.
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Desde el Consell alertan de que no han actualizado la web con los datos reales porque «el caudal es tan bajo que no merece» incluirlo. Esta ausencia de datos consideran que se trata de una falta de «transparencia total» por parte de la entidad que dirige Miguel Polo. De igual modo, desde la web se informa de que hay sensores que no funcionan, pero se ignora cuáles son esas tomas de control sin actividad, lo que genera «más incertidumbre», siempre según las mismas fuentes.
La Generalitat insiste en que esta no es forma de gestionar una emergencia como la actual después de la trágica dana del 29 de octubre. Y eso que se han producido cambios en el departamento de Emergencias: la consellera Salomé Pradas ha sido cesada, así como parte de su equipo de trabajo. «Pero la delegada del Gobierno y el presidente de la CHJ son los mismos que no avisaron de la crecida del barranco del Poyo».
No es el primer mensaje en esta misma dirección. La vicepresidenta Susana Camarero, durante su rueda de prensa del pasado martes, ya denunció las carencias de las agencias del Gobierno durante este temporal. Por ejemplo, alertó de que la previsión de Aemet, de nuevo, había fallado al superarse en más del doble la previsión de lluvia caída. Y esto pese a que el organismo ha denunciado en numerosas ocasiones que no es posible una previsión de la cantidad de lluvia sino que las estimaciones se hacen por los diferentes grados de alerta.
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Además, justificó el envío de dotaciones de bomberos para el control de los caudales al hecho de que la CHJ no cuenta todavía con el sistema de medición reparado -el que se dañó durante la dana- y tampoco con los nuevos dispositivos, más modernos tecnológicamente, con los que sí cuentan otras cuencas, como la del Ebro.
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