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Héctor y Lucía, ayer, junto al puente donde desapareció la niña. Damian Torres

Los dos héroes de Riba-roja

«Las zarzas nos pinchaban y ella no podía acercarse, pero la sacamos». Los dos adolescentes de 14 años que rescataron a una niña de 10 en el Turia relatan su hazaña: «Había mucha corriente»

ada dasí

Riba-roja

Lunes, 3 de agosto 2020

Héctor Ballester y Lucía González no quieren que les llamen héroes pero sí que se sienten orgullosos por haber salvado a la pequeña de 10 años que fue arrastrada por la corriente del río Turia a su paso por Riba-roja el pasado domingo. Sus conocimientos del cauce y su tesón en la búsqueda hicieron que el suceso tuviera un final feliz, a pesar de los arañazos por todo el cuerpo que ayer mostraban a este periódico con cierta modestia.

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Un tranquilo día de río, como otros muchos, se convirtió en una aventura para estos dos adolescentes de 14 años, cuando vieron a una familia que buscaba desesperadamente a una niña. La pequeña había desaparecido mientras se deslizaba por la corriente con un flotador y su hermano, que salió a buscarla, volvió con las manos vacías.

Lucha con la corriente

La madre de los héroes, Modesta, les dijo que echaran un vistazo a ver si la veían y, sin pensárselo dos veces, Lucía y Héctor cogieron sus flotadores y se echaron al agua. Fue una lucha con la corriente que les llevaba en la que recorrieron cerca de dos kilómetros entre cañas y zarzas, desde el merendero hacía Masías de Traver, y acabaron perdiendo los flotadores.

De repente, oyeron unos gritos y trataron de acercarse a la zona. «La niña estaba sobre un lecho de zarzas y cañas, por encima del agua, y le dijimos que no parara de gritar porque no la veíamos«, explican. Así, cogiéndose de las cañas para evitar ser arrastrados por la fuerza del agua lograron acercarse donde estaba pero no podían acceder más allá de una poca distancia. »Las zarzas nos pinchaban las manos y ella no podía arrimarse hasta nosotros. Estaba muy asustada y no se atrevía«, relatan.

Después de varios intentos infructuosos de llegar hasta ella, Héctor optó por regresar para buscar ayuda. Lucía se quedó haciendo compañía a la pequeña. «Le dije que me contara cosas, cómo se llamaba, cuántos años tenía... Le pregunté por qué no había pedido ayuda y me repetía que no lo sabía», explica. «Estaba muy asustada y llorando», sigue narrando, pero como no podía quedarse de brazos cruzados, «cogí dos cañas largas para apartar las zarzas y le dije que viniera hacía mi, aunque se pinchara» y así lo hizo.

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Rescate

La joven relata que «no sé de donde saque las fuerzas, solo pensé en que tenía que sacarla de allí». Una vez juntas las dos nadaron dejándose arrastrar por la corriente, porque la pequeña estaba muy cansada, buscando algún punto de la orilla por el que poder salir a tierra ya que el cauce discurre por ese tramo entre cañares. Al final, lo encontraron y alcanzaron el camino cuando, por fin, vieron un coche de la policía que las recogió y las llevó al punto de partida donde les esperaban sus respectivas familias.

Mientras, en el puente del merendero, ya se había dado la voz de alarma y se había organizado un dispositivo de búsqueda de bomberos de los parques de Paterna y l'Eliana, y la Policía Local, a los que se sumaron miembros del grupo Especial de rescate de Altura (GERA).

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Cuando llegaron las dos «su madre me abrazó y me dio las gracias», comenta Lucía con satisfacción. Allí, Héctor ya había alertado de dónde estaba la pequeña y el grupo estaba de camino hacia el lugar. «Los bomberos, me dijeron que había puesto mi vida en peligro por salvar la de otra, pero bueno, al final lo conseguimos y todo salió bien», comenta Lucía con satisfacción y quitando hierro a la hazaña.

Dos horas de angustia

Fueron casi dos horas de angustia para las familias de los implicados que vivieron esperando noticias de la pequeña y de los rescatadores. Los progenitores de los dos jóvenes, Modesta Carne y Ángel Ballester, destacan su valentía «en principio yo les alenté para que ayudaran, sin pensar en el peligro», comenta la mujer. Por su parte, Ángel apunta que «aunque había mucha corriente ese día, estábamos tranquilos porque Héctor conoce muy bien el río«.

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Una vez pasado todo, los jóvenes aseguran que «no pensamos en el peligro solo queríamos encontrarla». Lucía señala que en uno de aquellos momentos «llegué a pensar que había pasado lo peor».

La familia está muy orgullosa de los jóvenes a e incluso el alcalde de Riba-roja, Robert Raga les llamó para felicitarles por su actuación. «Es muy de elogiar la actitud de los dos porque gracias a ellos lograron localizar a la niña, han sido muy valientes», comenta y destaca la labor realizada por el operativo policial y de los bomberos que actuaron de manera «muy rápida».

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