Homenajean en Valencia a los 188 policías asesinados en actos terroristas
Bernabé afirma que tanto sufrimiento sirvió para derrotar a ETA, defender la Constitución y levantar una sociedad libre que nunca se arrodilló ante el chantaje terrorista
Javier Martínez
Valencia
Martes, 17 de junio 2025, 12:44
La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y el jefe superior de Policía de la Comunitat Valenciana, Carlos Gajero, han presidido este martes en Valencia ... el acto de conmemoración del día de las víctimas del terrorismo en la Policía Nacional. Con palabras de reconocimiento, respeto y dolor, las autoridades y los asistentes han rendido homenaje a las víctimas y sus familiares, los heridos que sufrieron secuelas físicas y emocionales, y también a los compañeros de los policías asesinados.
Bernabé ha manifestado que tanto sufrimiento por la barbarie terrorista sirvió para levantar una sociedad libre que nunca se arrodilló ante el chantaje terrorista, para defender la Constitución y para que España derrotara a ETA, los GRAPO y al terrorismo yihadista. También ha destacado que las familias «han soportado una carga tan silenciosa como dura, la de aprender a vivir con la ausencia y seguir adelante cuando la vida se rompe sin sentido».
Entre los años 1968 y 2015, un total de 188 agentes y mandos de la Policía Nacional fueron asesinados por ETA y otros grupos terroristas. A esta cifra hay que añadir las decenas de policías heridos y de familias destrozadas que padecieron el terrorismo en primera persona, como recordaron en sus discursos el jefe superior de Policía y la delegada del Gobierno.
Gajero ha asegurado que la amenaza del terrorismo como fenómeno global, violento y radical «permanece latente y nos obliga a mantener el nivel 4 de activación del plan de prevención, protección y respuesta antiterrorista».
El jefe superior de Policía hizo hincapié en que la lucha contra el terrorismo en España ha presentado «varios frentes, todos ellos igualmente brutales y violentos, siendo el más fuerte por el número de víctimas el de ETA, aunque desgraciadamente también han quedado en nuestra memoria colectiva otros atentados, como el de Madrid en 2004 y el de Barcelona en 2017».
También dijo que el objetivo del acto es «preservar y mantener viva la memoria de aquellas víctimas que entregaron su vida desde el servicio a la Policía Nacional, contribuyendo así a derrotar al terrorismo como una de las mayores amenazas a los valores y principios que sustentan las democracias abiertas, como la que disfrutamos en España».
El día de las víctimas del terrorismo en la Policía Nacional tiene por objeto mostrar un reconocimiento público a las 188 agentes y mandos asesinados y mantener viva su memoria. En el acto se mostró un vídeo con los rostros de todas las víctimas, se realizó una ofrenda floral a los caídos y terminó con la interpretación del Himno de la Policía con las grandes cualidades vocales del tenor y policía Juan Ledesma.
La Policía Nacional ha sufrido a lo largo de su historia la barbarie terrorista y zarpazos criminales de delincuentes que truncaron la vida de un gran número de agentes. El daño irreparable de perder a un ser querido tiene muy pocos momentos de consuelo para los familiares de las víctimas. La detención de los asesinos, la respuesta judicial o la memoria son algunos de estos instantes que mezclan emociones y nostalgia.
El acto se celebró en la Fundación Bancaja de Valencia. Entre los homenajeados se encuentran seis policías nacionales asesinados en acto de servicio en la Comunitat Valenciana, y otros cinco que nacieron en tierras valencianas y perdieron la vida en atentados terroristas en Durango, Pamplona, San Sebastián y Barcelona.
José Antonio Merenciano
El inspector jefe José Antonio Merenciano Ruiz, nacido en Valencia en el año 1955, fue asesinado junto con otros dos compañeros en Durango (Vizcaya). El atentado de ETA tuvo lugar en la mañana del 3 de octubre de 1980. Merenciano iba acompañado por el agente Jesús Hernando Ortega y el subcomisario Sergio Canal Canal.
Los tres policías regresaban a Bilbao en un coche tras realizar los trámites oportunos para que los vecinos de Durango pudieran obtener el DNI. Al detenerse en un semáforo en rojo, cuatro terroristas se colocaron a ambos lados del vehículo y abrieron fuego cruzado con varias ráfagas de metralleta. El inspector Merenciano Ruiz, que ocupaba el asiento trasero, reaccionó y pudo hacer uso del revólver, con el que realizó un disparo.
Para asegurarse de que ninguno de los policías salía vivo del atentado, los etarras se acercaron al vehículo y dispararon a la cabeza de las víctimas. A continuación, los terroristas huyeron en un vehículo que habían sustraído poco antes a punta de pistola. Merenciano se había casado cuatro meses antes.
Vicente Luis Garcerá
La banda terrorista ETA utilizó un lanzagranadas para atacar una tanqueta de la Policía Nacional que circulaba con una dotación de nueve agentes por las inmediaciones del puente de la Magdalena en Pamplona. El atentado tuvo lugar sobre las tres de la madrugada del 17 de abril de 1982.
Varios de los policías, que habían prestado servicio en una subestación eléctrica, repelieron la agresión con sus armas reglamentarias. El proyectil perforó la cubierta blindada y estalló en el interior de la tanqueta. El conductor del vehículo policial, Vicente Luis Garcerá López, nacido en Valencia en 1953, resultó herido grave y murió una hora después. La víctima estaba casada y tenía una niña de corta edad.
Emilio García
El 19 de abril de 1983, el inspector jefe Emilio García Martínez fue asesinado por los GRAPO en Valencia. Aquel fatídico día estalló una bomba que las terroristas Mercedes Padrós Corominas y Josefina García Aramburu colocaron en el coche de la víctima. Su hijo oyó la explosión y acudió en su ayuda, pero el policía nacional falleció en el hospital. Nacido en Navas de Jorquera (Albacete) en 1935, Emilio García estaba casado y tenía dos hijos. Cuando ocurrieron los trágicos hechos, la víctima se encontraba destinada en Paterna.
Emilio Juan Casanova
El oficial de la Policía Nacional Emilio Juan Casanova López, nacido en Ayora en 1953, murió en un atentado con coche bomba el 23 de junio de 1983 en San Sebastián. Otros seis policías sufrieron heridas de diversa consideración: José Antonio Quintana Cañuelo, Jesús María Díez Barcia, Heliodoro Borrás Jesús, Antonio Gutiérrez Pizarro, Juan Plaza Navarro y Engracio Calabuig Noguera.
Los etarras detonaron la bomba pese a que a unos metros de la furgoneta policial circulaba un autobús escolar. El vehículo fue alcanzado de lleno por la metralla y la onda expansiva de la bomba. El artefacto explosivo, que contenía gruesos tornillos y tuercas, se encontraban en una Seat 127.
El lateral izquierdo de la furgoneta policial quedó acribillada con orificios que en algunos casos alcanzaban varios centímetros de diámetro. Emilio Juan Casanova López fue trasladado al Hospital de la Cruz Roja, donde falleció poco después. El agente tenía 29 años y estaba casado. Dos horas antes de que lo mataran, el policía valenciano había asistido al funeral por Juan Maldonado, asesinado la víspera en Pasajes de San Juan.
Manuel Julio Rodrigo
El 4 de noviembre de 1983 fue asesinado el policía nacional Manuel Julio Rodrigo Belenguer de un disparo a bocajarro por un atracador argentino. El crimen tuvo lugar en el centro de Valencia cuando el agente de la unidad de motos identificaba a un sospechoso tras un robo en la joyería Mora en la primera planta de un edificio de la calle Correos.
El policía se topó en la puerta de la finca con un hombre bien vestido y le pidió la documentación. Según la portera del inmueble, el individuo introdujo una mano en un bolsillo de su chaqueta en un ademán de buscar su cartera, pero sacó una pistola y disparó dos veces contra el agente. Una de las balas perforó el corazón. del policía. Los atracadores, dos hombres y una mujer, huyeron con un botín de 40 millones en joyas en un Seat 131 Supermirafiori. El autor del asesinato, el delincuente argentino Jorge Eduardo Villarino, fue apresado poco después y solo cumplió una condena de 11 años de prisión.
El criminal era un experto en fugas y logró evadirse de la cárcel Modelo. La policía lo consideraba el jefe de la mafia argentina en España en los años 80. Cuando fue detenido en Gerona, Villarino confesó su participación en 13 atracos a bancos y joyerías en Barcelona, Madrid y Valencia. El delincuente murió con 68 años tras hacerse la cirugía estética y cambiar su nombre por el de Jorge Leguizamón Vidal. Manuel Julio Rodrigo, nacido en el barrio valenciano del Cabanyal, estaba casado y tenía cuatro hijos, uno de ellos policía nacional, y un nieto de siete meses.
Aquel fatídico 4 de noviembre de 1983 no tenía que patrullar con su moto, pero un compañero le pidió que le cambiara el servicio. La valentía y el esmero que ponía en su trabajo eran dos cualidades que distinguían a este policía nacional, según reconocieron sus jefes el día del entierro.
Eduardo Navarro
El día 15 de diciembre de 1983, ETA asesinó en San Sebastián al oficial de Policía Eduardo Navarro Cañada, nacido en Burjassot en 1956, e hirió gravemente a su compañero de patrulla, Clemente, y a un peatón. La víctima pertenecía a la Compañía de Reserva General con base en Valencia y fue enviado al País Vasco para reforzar la seguridad. Dos miembros del comando Bianditz de ETA, vestidos con el uniforme de la Policía Municipal de San Sebastián, descendieron de un vehículo policial que habían robado horas antes, se acercaron a los agentes por la espalda y les dispararon a bocajarro en la cabeza. Su compañero de patrulla quedó incapacitado tras casi dos años de recuperación. Eduardo Navarro estaba casado y tenía dos hijos.
Francisco Javier Delgado y José Ángel Garrido
Dos miembros del Cuerpo Nacional de Policía, Francisco Javier Delgado González-Navarro y José Ángel Garrido Martínez, de 27 y 28 años de edad, respectivamente, fueron asesinados el 13 de diciembre de 1991 en Barcelona por dos etarras. Garrido, alumno de la policía en prácticas, murió en el acto y Delgado falleció poco después en el hospital Clínico. Los terroristas tirotearon a los agentes en la puerta de un taller de instalación de radios de coche en la calle de Caballero, cuyo propietario era amigo de uno de los policías. José Ángel Garrido Martínez, nacido en Valencia, se había casado un mes antes y fue trasladado a Barcelona para reforzar el dispositivo de seguridad olímpica. Francisco Javier Delgado era natural de Fregenal de la Sierra (Badajoz), pero estaba casado con una valenciana. Ambos fueron enterrados en Valencia.
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