Vista general del antiguo jardín, con cantidad de malas hierbas abriéndose paso. Jesús Signes

El jardín de la Catedral de Valencia, en el olvido seis meses después de retirarse el arbolado

Las malas hierbas se abren paso en el espacio anexo a la Seo y se acumulan desperdicios de todo tipo por la falta de mantenimiento

Joaquín Batista

Valencia

Jueves, 5 de septiembre 2024, 00:37

El espacio que ocupaba el jardín adosado a la Catedral de Valencia, en la calle que une las plazas de la Reina y de la Virgen, ofrece al visitante una postal nada gratificante. Y eso que es una de las vías más concurridas del casco ... histórico, de paso obligado para los guías turísticos que explican a sus grupos las características de la Seo o que se detienen en la puerta de los Apóstoles, punto de reunión del Tribunal de las Aguas.

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Seis meses después de la retirada de los árboles y el arbusto que delimitaba la zona verde, a finales de febrero, el terreno presenta un claro estado de abandono, con malas hierbas que han atravesado la lona protectora que se instaló para evitarlas, restos de basura, recientes y acumulados desde hace tiempo, y sacos de tierra colocados para evitar el desplazamiento de la malla que empiezan a deshacerse. También desentonan las vallas de obra que evitan el acceso de los viandantes, descoloridas y descascarilladas y que sólo se han cubierto para actos especiales, como la Ofrenda a la Virgen.

El mal estado de la zona se puede explicar por un conjunto de factores. El Ayuntamiento defiende que al tratarse de un espacio privado, del Cabildo de la Catedral, no le compete su mantenimiento, y la solución definitiva, la urbanización del espacio, se está demorando a la espera de que la Dirección General de Patrimonio, desde julio integrada en Educación, dé el visto bueno al expediente que autorizará las obras, pues afectan al entorno de un Bien de Interés Cultural (BIC).

«¿Esto se va a quedar así?», se escucha decir a un matrimonio que, sin aminorar el paso, no deja de fijarse en los hierbajos, que en algunos casos rozan el metro de altura. También se ve a turistas cuya mirada va de las zonas altas (donde se sitúan las gárgolas) al nivel de la calle, donde el espectáculo es menos grato.

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Detalles del estado del espacio anexo a la Catedral. Jesús Signes

«Un visitante seguramente pasa por aquí una vez y se olvida, y puede pensar que esto está así provisionalmente por obras. No es lo mismo si vives por aquí, que sabes que está abandonado», explica Juan, asiduo de la zona, antes de apuntar un detalle importante. En ese tramo de calle no hay ninguna papelera: «Hace que sea más habitual que se tiren restos dentro».

Basta con fijarse entre los arbustos, donde conviven latas de refrescos y de cerveza, bricks de zumo, demasiadas colillas, paquetes de tabaco vacíos, servilletas y cucharas de un solo uso de una conocida heladería, mecheros, caramelos, restos de abanicos, cartones y plásticos. Tanto en la malla contra las malas hierbas como en las zonas de tierra donde esta se ha levantado. En el extremo más cercano a la puerta de los Apóstoles se ve una garrafa de agua medio llena, quizá utilizada como lastre para la lona, y en el otro, cerca de la plaza de la Reina y en un espacio sin vallar, excrementos de un perro cuyo dueño se despistó o es un incívico desaprensivo.

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Los naranjos y olivos fueron retirados por la Concejalía de Parques y Jardines, cumpliendo una petición de la Catedral que se remontaba a 2009, pues el ajardinamiento provocaba humedades en las capillas laterales. Desde esta área, a preguntas de LAS PROVINCIAS sobre la falta de mantenimiento, recuerdan que no es una propiedad municipal y no están legitimados para intervenir, aunque en su momento se colaboró en el traslado de manera «desinteresada». Y respecto a la suciedad acumulada, señalan que en cualquier caso compete a una delegación distinta: Limpieza y Recogida de Residuos. Otras fuentes municipales, también interrogadas sobre la cuestión, insisten en la idea de que el terreno no es municipal y que la contrata sólo actúa ante situaciones especiales, como la presencia de algún resto voluminoso. Desde la institución eclesiástica, por su parte, no se pronunciaron sobre la falta de conservación, aunque fiaron la solución definitiva a la urbanización.

Según el fabriquero de la Catedral, José Verdeguer, el proyecto está listo y a la espera de Cultura. La zona se cubrirá con una acera elevada separada de la calle mediante una valla de hierro y bronce del siglo XVII, retirada tras una restauración de la Seo y que servía para dividir espacios interiores. «La ciudad ganará pues se trata de un elemento patrimonial. Y con la zona despejada se aprecian con más claridad las ventanas góticas o las gárgolas, que son del siglo XIII», señaló. Para ello es necesario que la Dirección General de Patrimonio apruebe el expediente, que según fuentes del departamento estará listo «en breve».

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