![La aventura de viajar con desconocidos](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/11/02/eloy-ROoQqnCxxrTTH5nhPMtqHiJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Eloy quería ir a Costa Rica, es un destino que le atraía y había ahorrado para hacer el viaje. Lo tenía hablado con dos amigos, pero finalmente ninguno de los dos podía. Así es como descubrió la opción de los viajes para personas solas, organizados por agencias que se dedican a juntar a gente desconocida de diversos puntos de España con un mismo destino común. La empresa líder en este particular sector es de la Comunitat, con sede en Castellón, y este año mueve a más de 2.500 viajeros por el mundo. Gente que no se conoce y que se ve por primera vez en el aeropuerto para coger el avión, ya sea en periodos vacacionales o también en puentes festivos como este de diciembre.
Los viajes suelen ser de grupos de 12 personas como máximo y con ellas va siempre un coordinador, que no es un guía profesional pero que se dedica a perfilar el itinerario básico del tour, que después acaban de concretar los propios viajeros de forma democrática. Antón Ruiz es el propietario de la agencia castellonense '3.000 kilómetros' y aclara que «no son viajes para singles», sino que cada uno va solo. «No es para ligar, sino para viajar», puntualiza. «Lo que buscamos son viajes flexibles, porque no llevamos contratado todo de antemano, el alojamiento se decide un mes antes en un grupo de Whatsapp que crea el coordinador entre los viajeros y una vez en el destino entre todos eligen qué tipo de transporte usan, dónde comen, si se quedan una noche más en un sitio o cambian el orden de ciudades si hace mal tiempo», expresa.
En ese viaje a Costa Rica, Eloy conoció a sus nuevos compañeros en el aeropuerto. Fue el primero de los cinco que ha hecho ya de esta forma, con personas desconocidas, entre ellos Egipto y el próximo que hará a Zanzíbar en agosto. «Puede haber edades dispares pero antes de contratarlo llamo y pregunto para ver si son mucho más jóvenes o mayores, pero la empresa suele hacer que las edades sean similares. Me he encontrado gente de entre 35 y 50 años la mayoría», cuenta. «He coincidido ya en dos viajes con otra chica y con otra que es de Valladolid fui hace poco a su ciudad a verla, esto une mucho», expresa. «Mucha gente sabe que con sus amigos no puede hacer cierto tipo de viajes por fechas, dinero, etc. y de esta forma se asegura que puede ir al destino que quiere acompañado», comenta.
Normalmente suelen ser viajes a destinos lejanos, con entre 8 y 15 días de duración, y el nivel económico de los asistentes es medio-alto. También ha repetido este tipo de experiencias Paco Escrig, que admite que en tantos días conviviendo entre desconocidos «surgen roces y también amores», pero que generalmente «la relación es muy buena entre todos porque la gente va predispuesta a pasarlo bien». Ruiz también apunta que el entendimiento en el viaje «suele ser lo más conflictivo, pero la gente sabe cuál es el estilo de viaje, ya saben a lo que van, puede haber alguna dificultad entre los viajeros pero la gran mayoría no hay problemas», indica el propietario de la agencia.
Costa Rica también fue el viaje elegido por Mara Marañón. «Me habían hablado de este tipo de agencias y decidí ir porque ningún amigo se acoplaba a mis planes de viaje. Me apetecía ir a Costa Rica y nadie de mi entorno podía. La otra opción era ir sola pero no la contemplaba, así que esto me pareció buena opción, porque estás más arropada con el grupo, tienes compañeros, y aunque sean desconocidos, si eligen un viaje parecido es porque tienen intereses y gustos parecidos», explica.
Sobre la figura del coordinador, Antón Ruiz señala que «no es un guía especialista» y normalmente ni siquiera ha estado en el país de destino. «Lo que nos interesa es que tenga experiencia para moverse en otros países similares, sobre todo de fuera de Europa, necesitamos esa experiencia para que acompañe al viajero, le facilite el medio de transporte y la comida y se integra como uno más del grupo».
Una de esas coordinadoras es Belinda del Camino, que ha estado en muchos países de América y sabe desenvolverse por el continente. «En los últimos meses he coordinado un viaje en Colombia y otro en Estados Unidos», dice la valenciana. «Mi función es movilizar al grupo, preparar el viaje, desde mi experiencia preparo rutas, pero luego expongo al grupo las opciones y que ellos decidan. Hacemos muchas asambleas para decidirlo entre todos, dónde dormir, dónde ir», explica. «Y si hay algún contratiempo, un esguince, una indigestión o un vuelo cancelado, me dan soporte desde la empresa en Castellón», relata Belinda.
El momento más delicado es el de compartir habitación. A veces, según el hotel, hasta la misma cama. Para ello se suele hacer un sorteo en el propio lugar de destino. «Duermes en una habitación con gente desconocida, y hay quien se siente incómodo, pero ya vas a eso, tienes que tener la mente abierta y ser flexible, alguien que no piensa así no va a este tipo de viajes», apunta Paco. Además, como todo se debate entre los viajeros, puede haber disparidad de criterios. «Es habitual el debate sobre el presupuesto, hay gente que quiere ahorrar o no puede gastarse en según qué alojamiento, y otros prefieren mayor comodidad. La condición que pone la agencia es que todos vayan al mismo hotel, hay que ponerse de acuerdo sí o sí en eso, puedes no ir a una comida o una actividad, pero para dormir todos tienen que ir al mismo», dice el joven.
Según Eloy se trata también de una forma «de ahorrar dinero, porque compartes un autobús con más gente que si vas con tu pareja te costaría mas caro» y compara estos viajes con un archiconocido programa de televisión. «Es un poco Gran Hermano, porque duermes en la misma habitación, compartes minibús, tren nocturno, visitas, pero luego vuelves y esas personas han desaparecido de tu vida. Allí se magnifica la amistad y la enemistad en ese tiempo. Es una aventura, voy y nadie me conoce, estoy de vacaciones y como nadie sabe mi vida, desconecto a tope», cuenta.
Para el propietario de la agencia «la gente viene porque es una forma de viajar libremente con más gente y no ir encasillado con un tour concreto y el resto de personas están en la misma situación, sirve también para conocer gente», dice Antón. Paco incide en que estos viajes permiten eliminar la dificultad de encontrar un grupo por tu cuenta. «Los viajes que he ido son de tres semanas, y es complicado encontrar gente de tu entorno que tenga tantos días libres y dinero, por eso al final recurres a este tipo de viajes», señala. Mara añade que «es posible» que vuelva a hacer una experiencia de este tipo a otro destino lejano.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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