Un niño valenciano robado se reencuentra con su madre biológica medio siglo después

«Una mujer que pensaba que su hijo había muerto hace 54 años, lo ha encontrado ahora vivo y deseoso de darle un abrazo». Y lo mismo otros cuatro hermanos, el resto de la familia biológica reunida con el transcurso de medio siglo. Tras el boom de los niños robados, la Fiscalía de Valencia puso en marcha no menos de un centenar de investigaciones. Los afectados no han cesado de denunciar la cascada de archivos de casos por ausencia de pruebas, la poca colaboración gubernamental (pese a anunciar a bombo y platillo mil y una medidas, como bases de datos de ADN) y en todos estos años apenas se han producido cuatro reencuentros de bebes robados con sus padres biológicos. Pero la frase que abre estas líneas, transmitida por el abogado Enrique Vila y presidente de la asociación SOS Bebés Robados, demuestra que alguna de estas historias si tiene un final feliz.

Una prueba de ADN que «confirma plenamente» el parentesco, según Vila, cierra el círculo de un periplo existencial que comenzó en el Hospital General de Valencia en 1964. En esa fecha nació un hombre que hoy tiene 54 años. Aunque esa no fue la realidad que se transmitió a sus padres aquel día. Según los afectados, una monja y un médico aseguraron al matrimonio (que entonces tenía ya una niña de cuatro años) que el bebé había fallecido. La familia dejó a un lado el dolor de aquel instante y siguió su vida. Tres hijos más completaron el hogar. Lo que ignoraban es que un pedacito se había quedado en el camino...

Fue el niño robado el que inició una investigación. Su abogado no concreta qué le llevó a sospechar, pero comenzó a indagar en los archivos del Hospital General de Valencia hasta dar con la realidad: él era adoptado y sus verdaderos padres estaban en algún lado. Esta semana, por fin, la madre (ya con 77 años) ha podido abrazar y mirar a la cara del niño que tanto ansiaba ver en aquel funesto día de 1964. «Es un feliz reencuentro familiar, pero siempre con el poso de tristeza de haber estado 54 años separados en base a una mentira», es el sentir de los protagonistas que traslada el letrado Enrique Vila.

El abogado subrayó que los afectados «están planteándose emprender las acciones legales oportunas» ante los posibles responsables de estos hechos, aunque Vila incidió en respetar la presunción de inocencia tanto del centro sanitario como de posibles instituciones religiosas implicadas en el robo del bebé. Además, los posibles delitos ya habrían prescrito. «De momento están disfrutando del momento. Y yo feliz como abogado, investigador, ser humano..., y con una gran envidia sana como adoptado».

En los últimos siete años se han producido otros tres reencuentros de niños robados con sus familias. El primero en 2011, cuando el ADN permitió que Marta, una vecina de Almassora, diera con su madre biológica tras nacer en el Hospital General de Castellón. 44 años tardó la gallega María Manola en conocer a su hija, María Jesús, vecina de Monserrat, reunidas en 2012. Y una investigación de la Fiscalía y del Grupo de Menores de la Policía Nacional esclareció en 2013 otro caso de una niña nacida en 1975 en la Clínica Virgen del Consuelo.