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R. V.
Valencia
Lunes, 17 de octubre 2022
Las ratas campan a sus anchas en algunos barrios de Valencia, como en el de la Fuensanta. En el pequeño bulevar peatonal que divide la avenida de Tres Forques en dos direcciones viven miles de roedores, algunos de un tamaño significativo y con barra libre para pasearse por la acera a plena luz del día.
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La clave está en las palmeras de bulevard, que llevan meses, por no decir años, sin podar. Las ratas anidan sin ningún tipo de problemas en la copa de las palmeras, bien protegidas por las palmas secas, porque el servicio de jardinería del Ayuntamiento de Valencia hace mucho tiempo que decidió no pasar por esta zona de la ciudad a podarlas. El bulevar, debido a la masiva presencia de ratas, está casi desértico de peatones y sólo algún despistado, que no tiene noticias de la plaga, se atreve a pasar por allí hasta que sale a la carrera al ver ratas de tamaño de un gato. Los conductores, parados en los semáforos y con paciencia, pueden admirar a los roedores mientras suben y bajan por los casi ya invisibles troncos de las palmeras, que están cubiertos de palmas secas.
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En el centro de Valencia, por ejemplo en la zona de la Alameda, se pueden ver grandes anillos metálicos en las partes altas de los troncos de las palmeras para evitar que las ratas aniden en las copas. Además, en su día se instalaron cebaderos con raticidas de sabor a dátil, jamón y galleta para acabar con las plagas. Los anillos se colocaron en el centro, porque como se puede comprobar en la avenida Tres Forques, la medida brilla por su ausencia en las zonas periféricas de la capital.
Las ratas ven en las palmeras sin podar uno de los lugares favoritos para vivir y anidar. Primero, porque se sienten protegidas ante la amenaza de otros animales, y además los dátiles sirven de alimento sin necesidad de tener que arriesgarse a buscar comida. Además, tienen facilidad para hacer sus nidos y criar, protegidos de las inclemencias meteorológicas. Los nidos se elaboran con los «foliolos» de las palmas. Crean una bola de finas hebras entrecruzadas. Para evitar que las ratas aniden los importante es podar las palmeras al menos una vez al año y retirar los frutos.
Las palmeras de la avenida Tres Forques, visto su estado, están sin podar desde mucho más de un año. Los vecinos del barrio de la Fuensanta, para denunciar la lamentable situación que vive la zona, llegaron a contar más de 200 roedores en sólo media hora.
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