VALENCIA
Sábado, 7 de octubre 2006, 05:50
El excelente prólogo del crítico Germán Gullón, que no sólo se centra en la producción literaria de Pérez Galdós sino que justifica actitudes en la evolución narrativa por el estado sentimental y amoroso del escritor, predispone al lector a analizar como una novela donde aflora el racionalismo frente a sentimientos religiosos mantenidos como tradición-superstición. En este aspecto interesantes son los pasajes en que Torquemada recurre a la típica oferta: si me concedes el favor, prometo.... Párrafos en que también Dios es sustituído por Humanidad.
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Benito Párez Galdós, famoso ya por la difusión de los , conocido en el mundo intelectual y con sólida posición económica, inicia un cambio en la temática de sus novelas ahondando en los dilemas del ser, cuando desea aferrarse a la fe para ser escuchado y salvar a su hijo. Torquemada, el usurero; Bailón, el carnicero; un sastre y un fotógrafo (también vecinos) y la pobre tía Roma, integran el friso de personajes que viven pendientes de la salud de niño, del hijo del usurero, de la criatura que es buena y sabia, sobre la que parece descargar el castigo de una mistriosa divinidad.
Benito Pérez Galdós continuó un ciclo con Torquemada como protagonista. Unos libros que han sido alabados por César M. Arconada, Luis Buñuel y Sergio Pitol. Los jóvenes de hoy tienen la palabra.
Mª ÁNGELES ARAZO
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