efe
Valencia
Jueves, 12 de julio 2018, 18:24
La presidenta de la Asociación Valenciana de Alergología e Inmunología Clínica (AVAIC), Mónica Antón, ha asegurado que el riesgo para el paciente de una «consecuencia fatal» tras una prueba de alergia es «muy bajo, mínimo» pero «puede existir».
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Antón, que ha hecho estas declaraciones tras el fallecimiento de una niña de 10 años en el Hospital Clínico de València después de ser sometida a unas pruebas cutáneas de alergia, ha indicado que por ello es imprescindible que sean realizadas por especialistas en alergología.
Tras indicar que desconoce las circunstancias en que se ha producido este fallecimiento y está a la espera de poder contactar con los alergólogos del hospital, ha señalado que, a título personal, considera que la muerte de la pequeña no está relacionada con la prueba.
«Sí que es verdad que las pruebas de alergia tienen un riesgo pero es muy bajo el porcentaje de que puedan aparecer reacciones alérgicas graves y que provoquen una anafilaxis o una crisis de asma», ha indicado la especialista.
Mónica Antón ha señalado que ante la existencia de riesgo, las pruebas deben ser realizadas y supervisadas por un especialista en alergología para tratar de inmediato cualquier eventualidad y siempre conociendo la situación basal previa del paciente para poderla recomendar.
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Además debe haber un kit de emergencia equipado con adrenalina para poder resolver cualquier reacción, los extractos deben ser conocidos y en la dilución adecuada para que no exista riesgo para el paciente y no deben realizarse pruebas sobre una piel en mal estado o con tatuajes.
«Es muy bajo el riesgo de una consecuencia fatal pero puede existir, y por eso se debe tener siempre preparada la medicación y una infraestructura para poder actuar si se produjera», ha insistido.
Respecto a si hay patologías que descarten la realización de estas pruebas de alergia o que incrementen el riesgo, ha señalado que para las pruebas cutáneas «habitualmente no, no existe ninguna contraindicación absoluta de su realización», aunque sí que las hay en las denominadas «pruebas de exposición o provocación» con alimentos o medicamentos.
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En estas últimas pruebas de exposición controlada, añade, se expone al paciente a un alimento o un medicamento «al cual no sabes si es realmente alérgico o no» y en estas pruebas sí que hay unas contraindicaciones.
«Hacemos pruebas cutáneas todos los días y puede haber crisis de asma o de anafilaxia pero muy a la larga», según Antón, que añade que lleva dieciocho años en la profesión y no ha tenido ninguna crisis de anafilaxia. «A lo mejor una rinitis o una pequeña crisis de asma, pero una anafilaxia nunca».
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Mónica Antón ha indicado que la anafilaxia «en muchos casos es letal porque es una reacción alérgica grave» y por eso insisten en que las pruebas «deben ser realizada por médicos especialistas en alergología».
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