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Amalia Correcher en la sede de 'Valientes'. Irene Marsilla
«Valientes y solidarios» más allá del incendio

«Valientes y solidarios» más allá del incendio

Amalia Correcher, directora de 'Valientes', padece esclerosis múltiple desde hace trece años y se dedica a «mejorar la vida de los demás» en su local, situado en la zona cero del incendio de Campanar | «El 1 de abril entrábamos a vivir en el edificio», afirma

Gonzalo Bosch Rodríguez

Valencia

Martes, 27 de febrero 2024, 00:30

Hace trece años Amalia Correcher recibe una mala noticia. Padece esclerosis múltiple. En aquella época, una enfermedad muy poco conocida. Ella, pedagoga, se queda sin trabajo porque en su empresa no saben qué rendimiento va a aportar si sufre una dolencia de la que se sabe tan poco. La salud en este tipo de enfermedades es muy volátil y su empresa «tenía miedo». «Decidí ser valiente y empezar por mi cuenta», asegura Amalia con esa seguridad en el rostro tan característica de aquel que sabe que ha tomado una gran decisión.

Amalia Correcher decidió, junto a su socia Cristina Hernández, psicóloga, abrir un centro donde poder ayudar a familias y «que reciban la ayuda que a Cris y a mí nunca nos ofrecieron cuando la necesitamos». 'Valientes', nacida de esta unión, ofrece servicios de educación y deporte, además de otros como logopedia o psicología. La sede de este centro se encuentra en el barrio de Campanar, a pocos metros del edificio calcinado. La empresa trabaja especialmente con niños y adolescentes con o sin necesidades especiales. El centro les ofrece refuerzo de estudio y entrenamientos para trabajar cuerpo y mente. Además, el gimnasio también está habilitado para adultos con problemas de salud que necesitan de un entrenamiento específico.

Con su esencia de 'valientes y solidarios', el centro fue clave el jueves 22 de febrero cuando el edificio de Campanar comenzó a arder. 'Valientes' se puso a disposición del Ayuntamiento para coordinar toda la ayuda a los afectados. Muchos de los vecinos que huyeron de sus casas en llamas acudieron a este centro, conocedores del tipo de profesionales que allí trabajan. Asistencia humana necesaria para personas que veían en directo como su casa quedaba reducida a cenizas. Un grupo humano que ayudó a los cuerpos de emergencia a gestionar la llegada de mantas, agua y comida que empezaba a llegar para socorrer a las víctimas.

«El centro es un lugar para ayudar y hacer la vida fácil de las familias que vengan», asegura Correcher, que en su día a día ofrece un servicio integral con todos los medios de los que disponen para «simplificar» los problemas de los usuarios que acuden a 'Valientes'. Así, un equipo de logopedas, psicólogos, fisioterapeutas, pedagogos y maestros, se encuentran unidos para trabajar diariamente con niños y adolescentes a mejorar académicamente, siempre con el foco puesto en su educación emocional, para que los alumnos aprendan a desarrollarse y saber desenvolverse en cualquier situación: «todo el mundo tiene un potencial, y sólo se lo tratamos de sacar». Aquel jueves, su servicio solidario habitual centró su atención en la desgracia que a pocos metros de su sede sucedía.

Educación y deporte, unidos por una razón

«A mí me gusta enseñar, pero el deporte me ha salvado la vida», afirma Correcher sobre por qué decidió unir estas dos disciplinas en su centro. La mujer, lejos de amedrentarse por la enfermedad que padece desde hace ya casi catorce años, es 'runner' y participa en carreras de larga distancia como maratones. «Corrí mi primera maratón cuando me diagnosticaron la esclerosis», asegura orgullosa. El pasado 15 de noviembre la pedagoga sufrió una «neumonía bilateral severa con pleuritis». Su pulmón derecho se llenó de 2,5 litros de líquido. La fuerza de sus pulmones, entrenados gracias a su rutina de deportista, le salvaron la vida. Ese pulmón, que tarda en recuperarse, no debe vivir momentos de mucho estrés.

«Estuve trece días en el hospital, perdí 9 kilos, pero ser corredora me ha salvado», cuenta con la voz entrecortada. Su pulmón derecho está todavía muy débil, solo rinde al 30% de su capacidad tras la neumonía. Actualmente, Amalia Correcher está de baja médica, pero debe seguir haciendo deporte para volver a fortalecer su pulmón. De hecho, ella no debía estar en la sede de 'Valientes' el jueves cuando sucedió la tragedia. Correcher no puede trabajar, debe dejar que su pulmón mejore con deporte y lejos del estrés del trabajo. La pedagoga no esperaba lo que ese 22 de febrero iba a ocurrir.

Tres meses después de su incidente, la pedagoga acude un jueves por la tarde a la sede de 'Valientes' para visitar a sus alumnos y compañeros y ver cómo iba todo durante su baja médica. Una vez allí, a escasos metros un edificio de dos bloques en Campanar comienza a incendiarse. El humo se apodera de toda la sede. Correcher y sus compañeros tratan de tranquilizar a los niños que han acudido a su refuerzo de estudio, alguno de ellos sufre ataques de pánico. Una vez controlada la situación con los niños desalojados, el centro decide ponerse a disposición de los cuerpos de emergencias para utilizar el local como punto de asistencia a los afectados. Muchos vecinos que Correcher conoce del barrio acuden a 'Valientes' a resguardarse, donde empiezan a llegar las primeras mantas, alimentos y agua para atender a quien lo necesite.

Amalia Correcher se abraza con una vecina del barrio de Campanar. Irene Marsilla

«La idea de crear un dispositivo de ayuda nació de manera innata hasta hoy», afirma Amalia Correcher. Desde el jueves, 'Valientes' se ha encargado de organizar todas las donaciones de ropa, muebles y productos de primera necesidad que la sociedad valenciana ha querido aportar a las familias afectadas. «Ha sido una locura de solidariad, las familias tienen de todo», afirma la pedagoga, que ya trabaja para que todo el excedente no se deseche y, junto con otras asociaciones, se gestione para que llegue a personas sin hogar y familias en riesgo de vulnerabilidad. «Para organizarnos hemos tenido una comunicación directa con el Ayuntamiento y hemos gestionado la labor de cada voluntario», asegura.

«Vi arder la que iba a ser mi nueva casa», confiesa Amalia Correcher

Tan cerca se encontraba el edificio de la sede de 'Valientes', que la pedagoga confiesa que ya vivió en ese bloque hace unos años, y estaba a punto de volver a residir allí. «El próximo 1 de abril entrábamos mi pareja y yo a la casa», afirma Correcher. Esta semana terminaban de elegir los muebles para su traslado definitivo. Desde el jueves, el que iba a ser su piso de alquiler es un espacio completamente calcinado. «Ahora lo más importante es continuar con la ayuda a las familias para que estén provistas de lo necesario», sentencia.

Amalia Correcher y sus 'Valientes' retoman esta semana la rutina durante las tardes, para continuar con su plan educativo y deportivo para niños y adolescentes. Sin embargo, durante las mañanas seguirán con la coordinación con el Ayuntamiento para gestionar la ayuda a los afectados con todo el material que necesiten. «España y Valencia deben sentirse orgullosos de la ola de solidaridad que hemos vivido», afirma la pedagoga, que también avisa: «La solidaridad no entiende de límites ni de fronteras, en el día a día también hay mucha gente que necesita ayuda».

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