Se acabaron las excusas en el Valencia

Es imposible que el Valencia se meta en la Europa League si sigue así. No lo merecerán. Ni si estuviera el eléctrico Marcelino, ni con el monótono de Celades ni con el fiel Voro. Incomprensible si se tiene en cuenta que este equipo, el más caro de la historia del club, ha sumado un punto de los últimos doce disputados. Eso sólo da problemas y de los gordos. Por eso ya no hay margen ni para las excusas. Las quejas por la falta de rigor de los árbitros en el VAR, la racha tan persistente de las lesiones y la mala fortuna o la falta de conceptos básicos al defender en barrera el lanzamiento de falta, por ejemplo, son argumentos que dentro de trece días, cuando la liga concluya, servirán para poco por no decir para nada. Nadie se acordará de esas cuestiones y sí del puesto en el que acaba este Valencia que, actualmente y a pesar de cómo está, da para mucho más que para empatar en Granada gracias a una media hora aseada.

Por mucho que Parejo, el capitán y director de orquesta, dé la sensación de que no puede ni con las medias, hay calidad de sobra dentro del colectivo para plantear alternativas con ciertas garantías. Por eso se espera una mínima reacción de este grupo, que tiene por delante ahora tres jornadas con rivales a los que les saca una tremenda ventaja desde el punto de vista teórico y clasificatorio. Hoy viene el Valladolid, pero después habrá que vérselas con el Leganés y el Espanyol. Más fácil imposible. Lo del Sevilla en la jornada final es otro cantar y no vale la pena ahora mismo ni planteárselo.

Porque el Valencia de hoy en día tiene fundamentos de sobra para doblegar a un rival, el pucelano, que jugará esta tarde en Mestalla casi sin presión. El trabajo, ellos, ya lo han hecho. Querían salvarse y lo han conseguido casi de manera matemática a falta de cuatro jornadas. Han logrado reunir seis puntos de esos doce últimos disputados. ¡Qué envidia! Con esos seis puntos, por ejemplo, el Valencia todavía podría creer que la Liga de Campeones no está del todo perdida. Voro, acostumbrado ya a levantar situaciones difíciles y a navegar sin meterse en charcos, dio la sensación en Granada de cierta impotencia. Aún así, en un medio arreón, el equipo consiguió darle la vuelta al marcador y al panorama tan desolador que se vio durante una hora.

Para hoy se esperan cambios en el once. Es poco previsible que Voro prescinda de Parejo y las dudas antes del entrenamiento de ayer tarde era saber si Ferran y Jaume Costa estaban o no listos. Los dos entraron. El gol le vino bien tanto a Manu Vallejo como a Guedes, aunque tanto uno como otro representan situaciones bien diferentes en el Valencia. El primero parece que supone un chispazo de alegría por las ganas de ganarse el jornal que ofreció en Granada. Lo del portugués sirve parar pensar que algún día tiene que ser capaz de mantener una dinámica acorde a lo que cuesta.

El Valladolid llega con bajas sensibles (la del exvalencianista Míchel, la de Porro y a última hora se cayó el central Salisu) hasta el punto de haber recurrido a cuatro jugadores del equipo filial para completar una lista de 'sólo' 21 efectivos.