El adiós del centenario con los cien de Celades

Se apaga el año del centenario para el Valencia. Hoy se juega el último partido de este exultante y extraño 2019, coincidiendo prácticamente en el tiempo con los cien días de Albert Celades como entrenador del club. Empezó este año el Valencia de Marcelino tropezando en campo del Alavés (2-1) y lo quiere despedir reforzando su candidatura a Champions ganando esta noche en Valladolid. Curioso lo que pasó aquel día en Vitoria donde a Marcelino le dio por variar el sistema tirando del 3-5-2. Ahí se acabó la historia. Casi lo mismo que le tocó experimentar a Celades, al que ni por asomo se le ocurre ahora arrancar un partido con otra idea que no sea el 4-4-2, aunque luego no le importe llenar de matices el dibujo si el juego lo requiere. Es lo bueno que ha demostrado tener el técnico catalán, que sobre la marcha y antes del descanso asume errores y no le importa corregir sus propias indicaciones iniciales.

Para hoy no hay mucho tampoco donde elegir. Sobre todo arriba, donde Vallejo puede disfrutar de su tercera titularidad. Eso sí, hay una novedad importante: Cheryshev. El ruso vuelve por fin a una convocatoria. Se ha perdido por lesión siete encuentros consecutivos. Su percance y el de Guedes obligó a Celades a improvisar interiores zurdos. Probó primero con Ferran pero luego se ha quedado con Carlos Soler, cuya disciplina táctica, potencia y abnegación en el trabajo le hacen desenvolverse con buen criterio en cualquiera de las cuatro posiciones.

Celades disfruta de unos días que cuando llegó se hacían difícil imaginar. Dos empates y tres triunfos avalan su trabajo en este último tramo de temporada y el catalán ha transformado la sensación generalizada que había sobre él. Hasta el guiño de su asistencia el jueves a la cita con la Agrupación de Peñas juega a su favor. «No me gusta ponerme notas. Tenemos ambición, podemos ser mejores y hay un margen de mejora importante. Estar aquí y poder trabajar con estos jugadores todos los días es algo muy grande», decía ayer al ser preguntado por la calificación que se pondría después de esos primeros cien días.

Lo mejor que ha podido hacer es aguantar el tirón en su exposición pública justo en el periodo más convulso del Valencia en los últimos dos años. El silencio que en demasiadas ocasiones se ha palpado desde el propio Valencia ha dejado a Celades como única voz en medio de una marejada importante. Y su carácter prudente y su discurso bastante sensato han jugado a su favor. Pero eso no quita para que se le siga exigiendo meter al equipo en puestos de Champions. En su primera temporada, Marcelino tardó 5 partidos en situar al Valencia cuarto clasificado. En la 2018-19, sin embargo, hubo que esperar a la jornada 37. A Celades se le resiste todavía y habrá que esperar seguramente a 2020 para saborear ese privilegio.

De momento, lo que transmite el entrenador es la dificultad de vérselas hoy con un rival que transita por la zona medianamente cómoda, aunque en Pucela empiezan a ponerse algo inquietos con la clasificación actual (el descenso lo tienen a cinco puntos). «Esperamos un partido muy difícil. En casa lo están haciendo muy bien, sólo ha encajado tres goles y sólo ha perdido con el Sevilla. Es muy fiable en su campo y nos va a exigir. Tenemos que ir con la mentalidad adecuada para el partido que nos vamos a encontrar».