De los dos sorteos en 2019 al listado de abonados que reúnen los requisitos para asistir a la Cartuja en 2022. En el cambio de distribución de las entradas para la final de la Copa del Rey ha sido clave la liberación de espacio para que su destino final sea la venta directa a los socios de la entidad de Mestalla. En 2019, se sortearon un total de 12.477 entradas para abonados en dos tandas (la primera para aquellos que tenían un mínimo de cinco años de antigüedad en el pase y un 85% de asistencia a los partidos de esta temporada). Para la cita del 23 de abril contra el Betis, se pondrán a la venta en el Gol Norte del estadio situado en Isla Mágica un total de 17.497 entradas de las 20.757 de las que dispondrá el Valencia. Es decir, un 84,3% de los asientos disponibles en comparación con el 68,6% de 2019. Algo que se puede analizar desde dos prismas, un aumento del 16% en la venta directa para socios o una disminución en el mismo porcentaje de los lotes destinados a convenios o compromisos del club.
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El martes 5 de abril comenzará la venta online de las entradas, hasta el 8 de abril o fin de existencias, destinadas a los abonados que reúnan los dos requisitos establecidos por el Valencia, haber asistido al menos al 80% de los partidos en Mestalla desde la activación del abono en Liga y Copa desde el choque contra el Mallorca al del Granada y tener un mínimo de ocho años consecutivos de antigüedad como abonado. A partir del lunes 11 de abril, los abonados que hayan comprado su entrada podrán recogerla en formato físico en las taquillas de Mestalla, puesto que los billetes serán nominativos e impresos en papel térmico para evitar el peligro de las falsificaciones. Los precios oscilarán entre los 30 y los 109 euros, habiendo una zona habilitada para los aficionados de diversidad funcional y otra para confeccionar una grada de animación. Los abonados que compren su entrada y deseen acudir al partido junto a familiares o amigos que también tengan un ticket podrán juntar sus asientos hasta grupos de 10 personas, indicándolo en el momento de la compra.
Según los datos oficiales que este jueves publicó el Valencia, el cupo de entradas para compromisos de la entidad asciende a 3.260 entradas. Una lista donde no entrará la Agrupación de Peñas, a la que Anil Murthy ha dejado sin opción de tener ningún billete para el partido alegando que ya no existe ningún convenio en vigor con uno de los colectivos más críticos con la gestión de Meriton. Así es, con el símbolo previo de la expulsión de la antigua sede situada en los bajos de la Grada de la Mar en Mestalla. En la final de 2019, la Agrupación dispuso de un total de 3.210 entradas distribuidas a 10 por peña. El colectivo que sí que tiene convenio en vigor con el club es la Asociación del Pequeño Accionista presidida por Vicente Vallés. Hace tres años, sus asociados se repartieron 642 entradas. Si se mantiene el porcentaje, un 3,5% del global, para la cita de la Cartuja dispondrán de 725 asientos. Un dato que no ha pasado desapercibido en varios sectores del valencianismo puesto que la APAVCF no se predica, precisamente, por ser un colectivo que muestre mucha rebeldía contra la gestión de Peter Lim y de Meriton, en unos años donde el pulso de la calle va en otra dirección.
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Quién mostró este jueves su disconformidad con el reparto de entradas para la final de Copa en Sevilla fue Libertad VCF, el mayor grupo opositor a Meriton que agrupa a más de 4.000 accionistas de la entidad tanto en sus acciones de protesta en los partidos de Mestalla, con el reparto de pancartas de Lim Go Home, como en el inicio de acciones judiciales contra los acuerdos tomados en las últimas Juntas del club que han ido minando la presencia del pequeño accionista. El escrito, remitido por el colectivo con copia al Valencia, la Conselleria d'Esports de la Generalitat, la concejalía de deportes del Ayuntamiento de Valencia, la Federación Valenciana de Fútbol, la RFEF y al CSD, califica de «atropello» las decisiones del club con respecto a las entradas de la final: «Denunciamos lo que consideramos decisiones que vulneran los derechos adquiridos por la afición del Valencia en sus 103 años de historia y, sin lugar a dudas, suponen un atentado contra el espíritu deportivo y social que deben perseguir los clubes de fútbol. El Consejo de Administración de Peter Lim, que gestiona nuestro club haciendo prevalecer los intereses de su máximo accionista por encima de los propios de la sociedad, ha dado la espalda a las más de 346 peñas valencianistas y sus más de 23.000 peñistas, negándoles la posibilidad de acceder al reparto de entradas. Añadiendo al despropósito la manifiesta falta de educación dejando de responder a la petición de la Agrupació de Penyes Valencianistes que las representa desde hace más de 40 años».
El colectivo recalcó en el escrito que tienen la «fundada sospecha» de que en el cupo que se queda el Valencia para sus compromisos «se prioricen criterios económicos y de estrategia política por delante de la recompensa y reconocimiento a una afición incondicional con su club. Suponemos que primará el interés privativo de ganar voluntades a favor de su gestión. Una gestión que llevó al club, en las cuentas anuales de 2021, a presentar una causa de disolución que se tuvo que sortear mediante una ampliación de capital por capitalización de créditos de Peter Lim».
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