El Valencia disputó su partido de primera ronda de Copa del Rey ante el Parla Escuela, pero muchos de los aficionados blanquinegros que se habían desplazado hasta allí —varios de ellos aprovechando que residen cerca, mayoritariamente en Madrid— se quedaron a las puertas del Campo ... Las Américas por un problema ajeno al club. «Estamos en contacto con ellos para saber cuál ha sido el problema y trataremos de resolverlo de la mejor manera para que no se sientan damnificados», señaló el técnico Rubén Baraja tras el choque.
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Al parecer, los aficionados del Valencia que compraron reglamentariamente su entrada no pudieron acceder hasta sus asientos, ya que el graderío del estadio se encontraba completo y la seguridad no les dejó pasar, a pesar de las recriminaciones de los afectados, que mostraban en sus teléfonos móviles la prueba de que tenían un billete válido. Más de un centenar de personas se vieron afectadas por esta situación, tras haber pagado algo más de treinta euros pero quedándose finalmente sin poder acceder al terreno de juego, ya que no hubo manera de solucionarlo durante el encuentro.
Todo apunta a que con el aplazamiento del partido debido a la DANA, que hizo que la disputa del encuentro se retrasase a un mes después de la fecha originalmente pactada, la venta de entradas que distribuía el Parla Escuela sufrió algún tipo de duplicado de códigos QR, que son los utilizados para la validación de los tickets. Eso o que se colaron aficionados sin entrada que estuvieron ocupando asientos que tenían un dueño.
El Parla Escuela anunció que devolverá el dinero a los aficionados del Valencia afectados que quedaron a las puertas del estadio sin poder disfrutar del triunfo y pase de ronda en la Copa del Rey, además de la decepción de no poder ver a su equipo, especialmente algo que no olvidarán los más pequeños. El club madrileño achacó el problema personas que accedieron al recinto sin haber adquirido una localidad y de forma fraudulenta..
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El aforo de 4.900 localidades del Campo Las Américas se llenó hasta la bandera, aunque por las dimensiones y la constitución del humilde terreno de juego, gran parte de los afectados pudieron seguir a través de una reja el transcurso del encuentro, aunque lógicamente, sin las comodidades de estar sentados en una butaca que legalmente tenía su nombre tras haberlas adquirido de forma telemática a través de la página web del Parla Escuela.
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