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CARLOS ROSIQUE
valencia.
Domingo, 26 de julio 2020
Alexander Juraske, historiador del Fist Vienna FC y escritor del libro 'Blau-Gelb ist mein Herz' ('Azul y amarillo es mi corazón'), club que ahora se encuentra en cuarta división por un descenso por problemas financieros, analiza la época en que el exvalencianista Mario Alberto Kempes jugó en la entidad austriaca.
-¿Por qué Viena construyó un estadio en 1921 con una capacidad de más de 80.000 espectadores?
-El First Vienna perdió su primer campo y teníamos que crear un nuevo estadio y es muy interesante porque era un estadio enorme, en el que la Federación Austríaca, al enterarse, quiso que fuera el terreno de juego donde la selección jugase sus partidos. Hasta ese entonces iba cambiando de lugar en cada encuentro como local. Fue el 'Wembley austríaco'. Más adelante llegó el Ernst Happel. Cuando equipos de otros países venían a jugar a Viena, aunque fuera contra equipos diferentes al First Vienna, también se jugaban en el Hohe Warte. Incluso se hacían óperas en este terreno de juego con tal de ganar dinero para conseguir financiar el estadio y el equipo, el cual se profesionalizó, como en toda Austria, en 1924.
-¿Qué le supone a un equipo de segunda división austríaca, como en aquel momento era el First Vienna FC, firmar a un delantero como Kempes que ocho años atrás había logrado un Mundial con Argentina como estrella absoluta?
-Hans Krankl fue el primero que hizo ese salto desde España hacia el First Vienna FC en el 1979. Tras negociar un traspaso con el Rapid Wien, el jugador no llegó a un acuerdo con el Rapid y se vino al First Vienna FC. Pero ese cambio de aires era entendible porque él era austríaco. Sin embargo, lo de Kempes fue algo sin precedentes y, a la vez, algo extraño. El First Vienna no llegó a comprarlo, sino que llegó a un acuerdo con él y una agencia, por la cual, por ejemplo, se llevaba el 25 % de lo recaudado en taquillas y también portaba una publicidad en la camiseta diferente a los demás por la que cada partido ganaba lo equivalente a 4.000 euros.
-¿Cómo era Kempes? Porque el recuerdo de cualquier valencianista es el de, seguramente, el mayor ídolo de la historia del club.
-Para mí, para nuestros padres, nuestros abuelos, Kempes era como un extraterrestre para este equipo. Era un equipo de segunda división y hacía cosas que eran increíbles para nosotros, pero también para los jugadores que le acompañaban; era difícil conjuntarlos. Vino de España, con entradas de 40.000 o 50.000 personas, para jugar en campos con 2.000.
-¿Qué impacto tuvo Kempes en ese equipo? En tres años pasó de estar en segunda a jugar la Copa de la UEFA.
-Fue una pena que el argentino tuviera problemas de rodilla y de hombro (el mismo que le acompañó toda su carrera desde la lesión sufrida en Jena) y no pudo jugar todos los partidos. Sin embargo, en abril del 1986 (cuando se consumaba el descenso a segunda del Valencia CF) el partido entre el First Vienna FC de Kempes y el Wiener AC, el conjunto en el que estaba Hans Krankl en ese momento, llevó al Hohe Warte a recibir oficialmente a 11.000 espectadores en la última gran entrada que ha tenido el estadio.
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