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André Almeida estaba destinado a convertirse en uno de los pilares del Valencia y acabó siendo un futbolista con un rol secundario en un equipo ... que entró en barrena. El propio portugués, de hecho, puede tomarse como vivo ejemplo de un proyecto que hizo recuperar la ilusión a la grada de Mestalla pero que acabó descomponiéndose en el último tercio de 2024. Aquel equipo que pareció luchar por entrar en Europa ya acabó la temporada con síntomas preocupantes para comenzar el nuevo curso con una trayectoria nefasta cuyas consecuencias no hacen falta explicar.
Es más, no tiene mucha explicación que ese Valencia con gente de la casa que por momentos maravilló esté ahora en zona de descenso, y porque ha reaccionado con Corberán, porque si no sería colista con diferencia. Hay un dato, repetido a lo largo de la semana: la última victoria blanquinegra como visitante en Liga data de hace diez meses. Esa se produjo en El Sadar, escenario al que regresan este domingo los valencianistas, con un buen gol de Almeida, con disparo cruzado y raso, tras una asistencia de Diego López. Desde entonces el equipo se ha convertido en el tercer peor visitante de Europa y el mediapunta portugués no ha vuelto a marcar en Liga.
Almeida sedujo a Baraja n la primera quincena de abril de 2024. Aportó juego y dos goles consecutivos que le reportaron al Valencia puntos decisivos para asentarse en la zona media de la clasificación e incluso soñar con meterse en Conference League. Suyos fueron los tantos ante el Granada, saliendo desde el banquillo, y el mencionado frente a Osasuna, como titular. Después de muchas semanas lesionado, el luso acabó la temporada con 18 participaciones y 969 minutos gracias a la regularidad adquirida en el último tercio de la competición desde la jornada 27.
En la presente competición de la regularidad, y después de 25 partidos disputados por el Valencia, Almeida ha estado sobre el césped en 20, bien entrando en el once, bien desde el banquillo. Eso se ha traducido en 1.233 minutos, en los que sólo ha sido capaz de aportar una asistencia: la que permitió a Mosquera abrir el marcador en el trascendental encuentro contra el Leganés en Mestalla y que acabó 2-0.
Analizando la temporada del Valencia guarda un claro paralelismo con la de Almeida. Empezó como titular, pero rápidamente perdió su puesto en el once, al mismo tiempo que el equipo empezaba la Liga con tres derrotas consecutivas. Y luego ya todo fue cuesta abajo y sin frenos. Para el futbolista, eso se tradujo en una participación casi residual hasta diciembre, cuando Rubén Baraja ya intentó hacer cambios en sus planteamientos a la desesperada. El luso fue titular ante Valladolid, Espanyol y Alavés –el via crucis del anterior técnico– después de haber sumado 14 minutos en los cuatro encuentros del mes anterior.
Y después de Navidad, todo cambió. En el Valencia, porque Baraja fue destituido tras el empate contra el Alavés. Vino Corberán y el entrenador de Cheste ha querido recuperar a Almeida para la causa. Con el nuevo preparador, tanto el equipo como el futbolista han ofrecido una versión que da pie a la esperanza. Hay que matizar, eso sí, sin que ninguno de los dos haya recuperado su mejor versión.
Este domingo es buen día para revertir esta situación. Para que Almeida vuelva a brillar en el último estadio donde consiguió un gol con el Valencia. Para que el conjunto blanquinegro logre al fin su primera victoria como visitante en esta Liga, que lo sacaría después de mucho tiempo de puestos de descenso. Que no sea necesario sufrir tanto como aquel día, cuando Mamardashvili tuvo que detener un penalti, mal lanzado por Budimir. También precisa el equipo de Corberán la mejor versión del georgiano, o de Pepelu, lejos de aquel futbolista que llegó a ir con la selección, a pesar de que no pudo debutar.
«En Sevilla estuvimos muy cerca», deslizó Corberán el vienres: «No sé si hay algún caso de salvación sin ganar fuera de casa». El técnico aprieta. Sabe como todos que, con la trayectoria que lleva el equipo, con Mestalla no basta. Las estadísticas decían en enero que con cinco puntos a domicilio serían suficientes y después se rascó el empate de Vila-real. Vencer en El Sadar, según se mire, incluso daría un colchón. Lo que supondría seguro es un cambio de dinámica.
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